Psicología

AUTISMO Y SPEED CUPS… ADAPTANDO EL JUEGO A LAS NECESIDADES

El pasado 2 de abril fue el Día Mundial del Autismo, un día y una semana de concienciación ante este trastorno, sobre el que hay mitos, falsas creencias e ideas muy erróneas.

 

Esos días señalados en el año permiten salir a la calle, dar más visibilidad e informar realmente sobre el autismo, todo lo que conlleva a nivel de desarrollo de las personas y de las familias.

 

Antes de continuar, si queréis conocer más acerca del autismo, de como es el día a día con un hijo con autismo, os recomiendo que sigáis, entre otras muchas, las cuentas y blogs de Vanesa Pérez y de Melisa Tuya (esta última escribió un libro maravilloso, del que os hablé en este artículo), dos madres que muestran de manera muy natural sus vivencias.

 

Y os estaréis preguntando… ¿A qué viene el artículo de hoy?

 

Pues bien, ese día las redes sociales y medios de comunicación, se llenaron de vídeos, mensajes y artículos relacionados con el tema. Yo misma compartí en mis diferentes perfiles algunas imágenes de mi trabajo y mensajes, aquí tenéis el que escribí en twitter.

https://twitter.com/mariajesuspsi/status/1112998961818865666

A raíz de la foto y de mi intervención en otro tuit en el que preguntaban qué juegos de mesa se empleaban o adaptaban para jugar con personas con autismo, mostré una foto en la que hablaba del uso del juego de mesa Speed Cups.

 

Speed Cups es un juego de la editorial Mercurio, cuyo creador es Haim Shafir. El juego consiste en imitar los patrones de color de una carta a través de cinco cubos de distintos colores (azul, negro, verde, amarillo, rojo), colocándolos en horizontal o en vertical según la imagen representada en la carta. El más rápido en colocar los cubos tocará el timbre, pero deberá esperar a que todos los participantes realicen su colocación de cubos y toquen el timbre. Después se comprueba y si es correcta la colocación el jugador gana la carta (si se ha equivocado, se pasa al segundo que tocara el timbre).

 

Este es el objetivo, mecánica y desarrollo del juego. Como veis es sencillo, no requiere grandes explicaciones, no presenta reglas complejas y se puede sacar a un grupo de manera rápida y fácil. Si queréis conocer más, aquí tenéis el artículo que escribió Julia Iriarte en el blog bebeamordor.com

 

En mi caso, he hecho algunas modificaciones de algunos componentes del juego, así como eliminar esa parte competitiva al emplearlo con unos de mis menores con los que llevo a cabo terapia (y relacionado con el artículo de hoy).

 

Por respeto a la familia y al menor (y por temas de confidencialidad) solo os diré, para que podáis entender un poco más, que el juego y adaptación del mismo es empleado con un peque de 3 años con trastorno del espectro autista.

 

Os pongo en situación, a este peque le permito moverse por el espacio del centro, pero tenemos nuestra mesa de trabajo, en la que él se siente cómodo y donde desarrollamos diversas actividades. A él le llama la atención mis estanterías de juegos, pero sabe que no podemos coger todos, así que ha aprendido a qué caja y espacios puede ir y a por qué juegos, con total libertad porque saben que son los empleados con él.

 

Pues bien, un día cogió la caja del Speed Cups (y quería ver su reacción al ver el timbre y los componentes), dejé que la abriera, sacó los cubos y comenzó a jugar con ellos, sí a jugar no juguetear, porque comenzó a clasificarlos por colores, trabajando así su atención y psicomotricidad, de manera autónoma sin ninguna instrucción mía.

 

Desde ese día, el juego se convirtió en un referente de las sesiones (y a día de hoy lo seguimos empleando) para trabajar objetivos diversos, según su desarrollo, evolución y necesidades.

 

Y os preguntaréis… ¿Por qué este juego?

  • Porque al peque le gusta y le resulta atractivo, e interesante. Y este es un gran motivo de peso, ¿no creéis?
  • Porque tiene unos cubos fáciles de manipular y sin riesgo de roturas o sustos (tamaño ideal).
  • Porque son cubos de colores (y esto siempre llama la atención).
  • Contiene fichas con patrones de colores representados en imágenes diversas.

Esto es lo que nos ofrece este juego en cuanto a componentes, ideal para llevar a cabo adaptaciones según las necesidades de los menores con los que se trabaje.

 

Y ahora… ¿Qué me permite el juego?

  • Sentarnos. Puede parecer algo sencillo, pero en ocasiones no lo es por las características y diversos estímulos que captan la atención.
  • Seguir instrucciones. Sí, en mi caso le doy indicaciones sobre lo que tiene que hacer, qué coger o cómo distribuirlo.
  • Trabajar la atención. Pequeños tiempos de atención, pero claves para seleccionar entre los cubos que se solicitan, por ejemplo.
  • Psicomotricidad. Mantener atención sobre qué tengo que coger y dónde lo tengo que colocar.
  • Coordinación óculo-manual. Lo veo y desplazo el objeto al lugar correspondiente.

Esto son algunos aspectos que me permite trabajar Speed Cups con el menor. Importantes e interesantes, pero ojo…

 

Estos aspectos, capacidades, habilidades y destrezas que trabajamos a través del juego son el punto de partida, desencadenante, enlace o refuerzo de otros aspectos que se ven reforzados y se generalizan a otras situaciones y contextos en los que se encuentra el menor (en el hogar, en el centro escolar, con sus iguales).

 

Por ejemplo, si empleando el juego yo doy instrucciones sobre qué coger, cuándo, dónde colocar, estamos trabajando la escucha, paciencia, atención, que se requieren cuando en el aula la maestra da unas pautas para hacer la fila o en casa para colaborar en alguna tarea.

 

Si os habéis fijado bien en la foto de cabecera de este artículo y según algunos de mis comentarios, habéis podido ver que este juego ha sufrido algunas adaptaciones.

  • En primer lugar, las fichas. Sí, me he elaborado mis propias fichas imitando las pequeñas del juego. Os preguntaréis por qué.

El peque lo que hacía era colocar los cubos encima de la tarjeta, pero se quedaba sin espacio para colocar todos los cubos y tampoco veía bien los colores al estar tapados. Esto le frustraba porque no podía continuar. 

  • En segundo lugar, no jugamos en modo competitivo. Esta parte se ha eliminado, lo hacemos conjuntamente. Cooperamos, vamos viendo qué colores van, él los dice o yo, y los busca entre todos los cubos.
  • El timbre lo mantenemos, cuando terminamos lo tocamos, aplaudimos y reforzamos el trabajo bien hecho.

Como podéis ver, he adaptado un juego y sus componentes a mis necesidades y características del menor con el que trabajo. Poco a poco iré haciendo cambios y modificaciones en el mismo según las demandas. Pero para él poder manipular los cubos, distribuirlos y trabajar con ellos fijando diversos objetivos es clave para su aprendizaje y desarrollo.

 

Como conclusión…

 

Recordar que no todo vale, que aquí el juego de mesa no se está empleando como se recoge en las reglas, ha sido adaptado y modificado a mis necesidades y a las de un pequeño con unas características muy específicas. Así que, recordar que es muy importante conocer las características de la persona con la que se trabaja, el objetivo y una planificación completamente adaptada a la hora de seleccionar los recursos y materiales a emplear.

 

PD. El juego de mesa es un recurso que empleo entre muchos otros, cada día de terapia desarrollamos actividades diversas para trabajar la atención, frustración, autonomía, seguir instrucciones y pautas, emociones… Pero esto si os parece os lo comento en otro artículo.

 

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