Psicología

APRENDIENDO DE LOS ERRORES

Reflexión de partida y opinión personal….

Soy una gran defensora de que hay que dejar a los menores que se equivoquen, que comentan errores y que a partir de ellos aprendan y empleen nuevos mecanismos en la resolución de los problemas planteados.

Hace ya un tiempo, en El Rincón de los #videoconsejos publiqué este vídeo sobre los motivos por los que debemos dejar a los menores equivocarse, (en el vídeo no me podía alargar mucho), así que con el artículo de hoy aprovecho para complementarlo con algunas reflexiones, pautas y más ideas.

 

Además, ahora que hemos arrancado el curso (llevamos ya un mes), surgen y nos encontramos nuevas experiencias, actividades y momentos a los que hacer frente,  me gustaría reflejar algunos planteamientos. Pero… Todo comienza con una pregunta:

¿Hay que dejar que los hijos se equivoquen?

Mi respuesta es muy clara y directa: .

 

Como veis mi contestación va sin titubeos, sin medias tintas. ¿Por qué?

 

Porque el error es una fuente maravillosa de aprendizaje y contribuye al propio desarrollo de las personas (y si desde pequeños lo trabajamos mejor).

 

Aunque en general, no gusta equivocarse, ni fallar, porque en muchas ocasiones tiene una carga tan negativa que se ve como un gran fracaso (y sobre esto hay que trabajar), hay que tener en cuenta que:

Todos nos equivocamos, todos cometemos errores, todos debemos modificar, redirigir, reflexionar y actuar sobre aspectos o acciones que hayamos llevado a cabo y en las que nos hayamos equivocado.

Hay momentos en que las familias llevan muy mal que los niños se equivoquen, cometan errores por miedo a que sufran y a que tengan que afrontar problemas o momentos “complicados” (que en ocasiones el propio adulto lo exagera más de lo que realmente es o como lo ve el menor). Pero hay que tener clara una cosa…

Evitando que ellos cometan errores, los que estamos cometiendo un gran error somos los propios padres y madres.

¿Por qué?

Porque tenemos que dejarles equivocarse y cometer errores por su propio beneficio, por su aprendizaje y para su desarrollo personal, fomentando así la adquisición de mecanismos, habilidades y destrezas para su día a día.

 

¿QUÉ ASPECTOS FAVORECE EL ERROR?

  • Buscar nuevas estrategias de resolución de problemas. Ante una situación, tarea, actividad o momento que no se ha resuelto adecuadamente hay que buscar nuevos mecanismos para resolverlo otra vez.

Aquí se favorecen aspectos como el análisis y la reflexión, permitiendo pensar de manera mucho más analítica a la hora de resolver la situación o tarea.

 

Por ello, no hay que darles la solución a la tarea, sino guiar en cómo se puede resolver. Un ejemplo claro es si nuestros hijos realizan mal un ejercicio, si no lo hacen deben analizar cómo resolverlo, pero no hay que darle la solución (porque si no os buscará continuamente para ello).

  • Creatividad e imaginación. Qué idea puedo usar, qué manera será la adecuada, cuál será la estrategia que tenga que seguir. Sí ser creativos, esta característica se favorece ante un error, ya que hay que buscar una nueva alternativa, diferente a la ya empleada.

Esto se ve muy claro en algunos juegos en los que participan los menores, ya que comienzan a desarrollar esto para poder dar respuesta a lo que tienen delante, buscando alternativas diferentes.

 

Por ejemplo, si a los niños y niñas les pedimos que con tres objetos busquen qué usos les podemos dar o cómo pueden formar algo en concreto, hay que dejarles que lo busquen, piensen e imaginen ellos, hay que alejarse de google o tutoriales en busca de una solución. Dejarles desarrollar esa parte tan importante en todas las personas y a la que se le da tan poco valor.

  • Adaptación y flexibilidad. En el momento en que debemos actuar ya estamos siendo adaptativos, porque tenemos que dar respuesta en ese momento.

Además, al ver que no ha sido lo adecuado hay que ser flexibles, ver que no hay una única solución y por lo tanto hay que adaptarse en ese momento. Esto sucede en muchos momentos en los que ellos se centran en un solo camino, y siguen hacia él continuamente sin ser conscientes de que pueden flexibilizar y buscar una vía alternativa.

 

Por ejemplo, algunos adolescentes tienden a ser poco flexibles en sus tiempos de estudio, generándose en ocasiones unas presiones extra que no les favorecen. Piensan que si salen a hacer algo de deporte o a descansar un rato es tiempo de estudio que pierden, sin embargo es tiempo de estudio que ganan, ya que el rendimiento posterior será mayor gracias a la desconexión.

  • Manejo de la frustración. Lo cierto es que no nos gusta equivocarnos, ni a los niños ni a los no tan niños (seamos sinceros), pero ese error, tiende a desencadenar momentos de frustración e ira.

Cuando nos encontramos en esta situación, es importante aprovechar ese instante para trabajarlo. De esta manera, podemos emplear y orientar con estrategias de gestión emocional.

 

Mostrar que ese error está ahí, pero hacerles ver que se le puede dar otra solución y buscar otra alternativa (evitemos ser catastrofistas), que es importante estar tranquilos para analizar y pensar por qué nos hemos equivocado para evitar volver a cometer ese fallo.

 

Y muy importante, a la hora de gestionar la frustración, el contacto directo, el abrazo, el apoyo y el estar ahí es clave.

 

Antes de terminar, un aspecto que me gustaría mencionaros, es que hay que mostrar a los menores que no son unos/as fracasados/as por ese erros o equivocación. Sé que os puede sorprender, pero escuchar frases tipo “soy tonta/o”, “no sé hacer nada bien”, “siempre os defraudo” u otras del estilo por parte de los menores, se dan y hay que tratarlas.

 

Para ello, para afrontar estos momentos os doy cinco claves:

 

  1. Hacerles ver que hay un error en algo concreto (tarea, situación, interacción, etc).
  2. Que ese fallo no los define como personas.
  3. Los adultos también nos equivocamos (explicarles vivencias personales).
  4. Que pidan ayuda u orientación si se encuentran perdidos.
  5. Que afronten el momento como un punto de aprendizaje para saber afrontar nuevas situaciones.

 

Dejar que vuestros pequeños se equivoquen, no les resolváis los problemas, dejarles que fallen y no os sintáis mal, porque resolviendo y haciendo las cosas por ellos no favoreceremos su autonomía, ni aprendizaje.

 

PD. Sé que no gusta ver a tu hijo o hija fallar, pero mostrar que estás ahí para guiarle será un punto importante para su nueva búsqueda de alternativas.

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Un comentario

  1. Educación Financiera en niños y adolescentes: la paga y el tabú del dinero | Bebé a Mordor

    06 Jun 2019 - 12:31 pm

    […] como crean conveniente y hay que dejarles equivocarse. En ese sentido, os recomiendo leer este artículo de María Jesús Campos donde habla sobre el aprendizaje de los […]

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