Psicología

DE LA NIÑEZ A LA ADOLESCENCIA

De la niñez a la adolescencia es una etapa de cambios significativos para las menores. Como padres y madres hay momentos en los que vemos como nuestros hijos e hijas crecen de manera rápida. Nos encontramos con grandes cambios, que deparan una nueva etapa y nuevas experiencias a vivir.

 

Sí, es lo que tienen ser padres y madres, que los hijos e hijas crecen deprisa (más de lo que nos gustaría en ocasiones). Y por supuesto, tenemos que vivir y afrontar esos cambios.

 

Hoy os vengo a hablar de manera general (porque este tema da para un libro) sobre el desarrollo de la niñez a la adolescencia. Ese cambio de etapa que a los padres y madres, en un porcentaje significativo, suele dar vértigo por diversos motivos (lo que escuchan, leen, ven en menores cercanos…)

 

Y ojo, una de las cosas que digo en las charlas que doy sobre este tema es que no hay que tener miedo desproporcionado ni dramatizar (porque a veces se va de las manos). Hay que informarse, buscar ayuda si nos encontramos perdidos o desbordados e ir afrontando las situaciones. Anticipar cómo se va a vivir en la casa, dar por hecho conductas y conflictos, sin haber llegado el momento, hace que se genere una predisposición. Y con esto, que se lleven unas actuaciones que pueden no corresponder con la realidad. Así que…

 

Es importante informarse, conocer estrategias y posibles pautas de actuación, atendiendo determinados temas, pero con mesura y precaución.

 

Todos los cambios de etapas del desarrollo nos deparan sorpresas diversas. En cada hogar se viven de manera diferente, cada menor, padre y madre es diferente, la gestión de las situaciones suele variar… Sin embargo, y me lo encuentro en las charlas y en sesiones, los cambios en la niñez son más accesibles de gestionar, aunque en ocasiones se requiera de ayuda. Sin embargo, la etapa de la preadolescencia y adolescencia suele generar situaciones más difíciles de afrontar y gestionar porque entran diferentes factores en juego.

 

El hecho de centrarme en esta etapa se debe a que los cambios son muy llamativos y significativos. Situaciones en las que como padres y madres cuesta cambiar el chip y ver a cada menor desde otra perspectiva de su desarrollo.

 

¿Qué cambios se dan en esta etapa? Se dan varios cambios, que vamos dividir en cuatro grupos.

 

Cambios a nivel físico

 

Son los más llamativos. Esa frase tan típica «ya parece un hombrecito» o «ya parece una mujercita». Tópicos que a la mayoría nos han dicho o hemos escuchado. El cuerpo comienza a manifestar unos cambios muy claros y diferentes entre chicos y chicas.

 

No solo eso, la vivencia de esos cambios también es diferente entre ellos y ellas. He de decir, que en ellas está muy marcado el estereotipo social, la preocupación por su cuerpo… Aspecto a tener en cuenta, y que en ocasiones puede conllevar a determinadas dificultades por el autoconcepto generado.

 

También en esta etapa, y lo digo claramente en mis charlas, hay cambios en lo referente a la sexualidad (momento risitas y posturas tensas en algunos asistentes). Sí, sigue siendo tema tabú y que incomoda a muchas familias, pero está ahí y hay que gestionarlo. Y, ojo, no hay que comenzar a hablar de sexualidad o educación afectivo-sexual en la adolescencia, desde pequeños hay que ir trabajando en ella. Si queréis conocer un poco más, os dejo este artículo que escribí referente al tema.

 

Cambios a nivel cognitivo

 

Estos son algunos de los cambios que a los padres y madres les cuesta asumir. Hay una nueva forma en la comunicación con los hijos e hijas. Y es que están en un nuevo nivel madurativo cognitivo. Nivel en el que reflexionan, analizan, tienen un pensamiento más crítico y manifiestan desacuerdos, mostrando posturas y razones.

 

Este paso a muchos padres y madres les cuesta digerirlo. Y es que ahora cada menor espera un por qué y una explicación a un NO o a un SÍ, porque lo digo yo. Y ante esto, mi consejo es…

 

Dejad hablar a vuestros hijos e hijas. Dejad que muestren su postura, su explicación, su razonamiento, y en función de ella exponéis lo vuestro. Así se sentirán escuchados, valorados y será más sencillo buscar puntos en común.

 

Así que, en esta etapa la comunicación y el diálogo son muy importantes. Permitiendo tener una relación más fluida, que os vean como un apoyo al que poder acudir en determinados momentos. De ahí, la importancia de escucharles sin cuestionarles, ni atacarles directamente.

 

Cambios a nivel emocional

 

Los padres y madres de adolescentes tienden a emplear en ocasiones la expresión: «es una bomba, en cualquier momento salta». Es cierto que a nivel emocional los adolescentes y pre-adolescentes viven las emociones de manera más intensa. Las alteraciones biológicas propias de la etapa (unidas a otros aspectos) contribuyen en ocasiones a ello.

 

Os aconsejo que no infravaloréis lo que siente ante una situación determinada, aunque como adulto te parezca ridículo sentirse así. Si lo vive así, es la interpretación y experiencia que siente por la consecuencia o repercusión que puede tener. En ocasiones alejada de la realidad, pero ellos no lo perciben así porque es su mundo.

 

De ahí la importancia de entender esos cambios, de la comunicación, apoyar, hablar y dialogar con ellos para analizar lo que pueden estar viviendo.

 

Un aspecto en el que me gusta hacer hincapié es la importancia de la educación emocional desde pequeños. Así medida que crezcan tienen unas bases y estrategias sobre ello, así como la autoestima. Cómo se valoren y se vean, influirá en su estado emocional, en la forma de interpretar y analizar las situaciones, así como en las conductas que desarrollen.

 

Cambios a nivel social

 

En esta etapa el grupo social, sus iguales, coge un peso muy importante, por encima de la familia, en muchas ocasiones. Esto se manifiesta claramente en las opiniones que expresan, en el valor que tiene para ellos lo que dice y hace el grupo. De esta manera se ve cómo le dan más peso a lo padres y madres les puedan decir.

 

Es normal que se sientan identificadas con sus iguales. Viven experiencias similares, comparten gustos, ocio, actividades, etc. Por lo que tienden a sentirse más comprendida.

 

Pero también voy a aclarar que hay personas que en esta etapa pueden sentirse descolocadas. Esto puede ser por sus características, madurez, gustos e intereses diferentes al de su grupo de iguales que tiene cerca. Y es que pueden no sentirse identificada o no conseguir encajar en lo que esas personas de su edad hacen. Y aquí es importante apoyar, buscar actividades u ocio de los gustos de cada menor. Así sentirá que encaja con algunos grupos, y si se considera oportuno buscar ayuda profesional para orientarles en la gestión de situaciones y emocional.

 

Cambios a nivel académico.

 

El paso de primaria a secundaria suele ser el punto determinante para asumir los cambios de la niñez a la adolescencia. Ese cambio de etapa académica suele ser la puerta de acceso a la adolescencia.

 

Evidentemente, este cambio es significativo por todo lo implica a nivel de centro (paso del colegio al instituto), por el cambio en las materias y en el contenido, nuevos compañeros, profesores. Esto último suele ser una dificultad para algunos menores, ya que deben adaptarse a cada docente, conocer su metodología, forma de evaluación, etc.

 

Como podéis ver y como conclusión…

 

Los cambios de la niñez a la adolescencia son significativos y relevantes. Como padres y madres es importante conocerlos, estar informados de ellos y conocer estrategias para afrontarlos.

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Comentarios (4)

  1. Pilar Martínez Maternidad continuum

    02 Abr 2019 - 7:12 am

    ¡Me ha encantado!!
    yo sobretodo diría que hay que estar tranquilos, que parece que la adolescencia nos asusta mucho a los padres y luego no es para tanto jaja

    • María Jesús Campos Osa

      02 Abr 2019 - 7:28 am

      Muchísimas gracias Pilar!

      Es cierto, tranquilidad es uno de los aspectos a tener en cuenta, ir afrontando las situaciones, informarse y buscar ayuda si en algún momento nos vemos desbordados.

      Un abrazo!

  2. Victor Pérez Rodríguez

    02 Abr 2019 - 3:22 pm

    El cambio de niñez a adolescencia es de gran importancia en nuestros hijos ya que puede provocar grandes cambios en su futura personalidad y por ello debemos actuar de forma correcta cómo padres, ya que vamos a ser unos grandes influyentes en ellos. Pienso que como padres, debemos de dejar a nuestro hijos que sean autónomos pero siempre tener un control pasivo sobre ellos, para tenerlos controlados en todo momento y conforme avancen en edad, ir disminuyendo este control sobre ellos hasta dejarles ser autónomos al completo

    • María Jesús Campos Osa

      03 Abr 2019 - 10:24 am

      Buenas Víctor,

      Antes de nada, gracias por tu comentario. Es fantástico.

      Como bien dices, los padres y madres debemos ir dejando a nuestros hijos e hijas ser cada vez más autónomos e independientes, pero no hacerlo de golpe, desde pequeños hay que ir trabajando eso y en la adolescencia ir dando esa autonomía en los nuevos retos y situaciones a las que se enfrenten y nos enfrentemos como padres y madres.

      Es una etapa que da vértigo en muchas ocasiones por diversos motivos, pero es importante estar, dialogar, apoyar, guiar y no atacar o anticipar cosas y conductas porque sean adolescentes sin que haya llegado el momento o se hayan desarrollado, porque a veces no se dan y se genera más tensión.

      Un saludo y gracias por comentar!

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