Psicología

SOMOS ÚNICOS. EL RIESGO DE LAS COMPARACIONES

– «Mi mejor amigo siempre saca mejores notas que yo y estudia mucho menos».

– «A los dos los hemos educado igual y son completamente distintos. Lo que con una funciona con el otro es imposible».

– «Mi hermano saca sobresalientes y yo nunca lo voy a conseguir».

– «Los mejores de la clase siempre son los mismos. El resto no llegamos a su nivel».

– «Le exigen lo mismo que al resto de compañeros, pero con sus dificultades de lectoescritura y comprensión no llega. Al final en casa llora y se frustra al ver que tiene las cosas mal y que sus notas son muy bajas».

– «Me esfuerzo y no consigo nada. Soy un desastre. No sé cómo avanzar».

 

Expresiones como estas las escucho muchas veces en mi trabajo y vienen dadas por los propios menores. Y ojo, que esto lo manifiestan  tanto niños de 8 años como adolescentes de 14 años, así como por las madres y los padres.

 

He de decir (y como todos sabemos) que las comparaciones son odiosas, pero, por desgracia, el ser humano tiende a compararse en muchos contextos, vivencias y aspectos de su vida. La repercusión de esa comparación genera, en ocasiones, consecuencias negativas.

 

Antes de seguir, la inspiración para escribir este post surgió por un lado por lo que escucho en mi trabajo con los chicos y chicas, y por otro a partir de este artículo de Alejandra Melús para el blog de Malasmadres. En él, ella hacía hincapié en las comparaciones entre hermanos y os recomiendo su lectura.

 

En mi caso, hoy me gustaría centrar el artículo en las consecuencias que las comparaciones tienen en el ámbito educativo. Porque sí, en las aulas hay comparaciones, en los hogares hay comparaciones, en el parque también se compara… Y estas comparaciones no solo vienen de los menores, también de los propios padres y de los docentes.

 

Voy a aclarar que en muchas ocasiones esas comparaciones surgen en una conversación, en un momento concreto, en una discusión o en una situación de tensión, y no tienen mala intención, pero la interpretación que el menor haga se puede convertir en dañina.

 

Las comparaciones entre los niños surgen en ocasiones entre ellos mismos. Esto se observa cuando comienzan a compararse (cada vez en edades más tempranas) al darles las notas. Porque sí, los niños saben lo que significa cada número que reciben en una ficha o en un boletín de notas.

 

Ante esta situación… ¿Qué debemos tener en cuenta?

  • Evitar comparar las notas con las de otros compañeros. Cada uno tiene su rendimiento, se ha esforzado más o menos, ha rendido mejor en unas materias que en otras, etc.
  • Valorar el esfuerzo que hace el menor, dejando de lado el número. Esto lo he comentado en más de una ocasión, el número (aunque por desgracia tiene mucho peso en el sistema educativo) no debe ser determinante a la hora de evaluar al alumno o a nuestro hijo e hija.
  • Obviar frases del tipo: “Mira como trabaja tu hermano/a”, “Juan saca todos los días los libros y así repasa”, “no prestas atención a las cosas”, «cada día estás más despistado», «ya no sé qué hacer ni decirte».

Este tipo de expresiones pueden llegar a ser muy dañinas en los menores, porque se les muestra una valoración negativa de sus acciones, y no se les presenta una alternativa positiva a ellas.

  • Las expectativas y metas planteadas. Hay que conocer las características y necesidades de cada menor, así en función de ellas se podrá exigir, teniendo cuidado de no plantear objetivos alejados de la realidad.

Si mostramos unos objetivos muy altos, difíciles de alcanzar, la desmotivación hará acto de presencia y conducirá a la frustración, apatía, falta de interés y autoestima baja.

  • No focalizar la atención en un alumno/a del aula como único ejemplo a seguir. La típica frase: “aprende de Fulanito o Fulanita que lo hace todo bien”.

Esto hay que tenerlo en cuenta en un doble sentido, porque el niño o niña marcado puede verse muy presionado por ser el centro de atención, y la otra parte porque siempre ve que hay alguien mejor que él.

  • Evitar comentarios con otras mamás y papás diciendo notas o cómo hacen las cosas negativas. Esto lleva a muchos menores a pensar que solo se ve lo malo y nunca se reconoce lo bueno que hacen.

Ahora bien, estos aspectos deben ser tenidos en cuenta porque la repercusión que una comparación genera, puede ser determinante. Porque es importante saber… ¿Qué consecuencias tienen las comparaciones académicas?

  • Frustración al ver que no son capaces de alcanzar lo esperado. Si el menor quiere llegar hasta el ocho, pero se queda en el seis, sus reacciones pueden ser enfado, tristeza, sentirse anímicamente mal, etc.
  • Desmotivación. Si ve que no va a llegar a aquello que se considera lo mejor, «tirar la toallla» y no actuar ni mostrar interés para alcanzarlo.
  • Emociones como la tristeza o abatimiento. Estas emociones las manifiestan muchos estudiantes, el sentirse mal emocionalmente, muy tristes y sin energía para seguir. Sobre todo en adolescentes estas manifestaciones suelen estar en muchas ocasiones presentes, por lo que hay trabajar sobre ellas para que no vayan a situaciones más complicadas.
  • Rabia y enfado ante compañeros y adultos por no alcanzar lo esperado.
  • Autoconcepto negativo y alejado del real. Viéndose sin capacidades y habilidades para alcanzar lo planteado.
  • Baja autoestima. Sentirse incapaz, diferente y menor al resto.

Ahora estaréis pensando y…  ¿Cómo actuar ante ellas cuando sean los propios menores los que las hagan?

  • Indicar sus puntos positivos. Todos tienen cosas buenas y eso hay que mostrarlo siempre sí o sí.
  • Dar valor a su esfuerzo e implicación. Mostrar que no importa únicamente la nota, sino que lo importante el esfuerzo que realizan, la implicación, interés y actitud hacia la tarea.
  • Analizar qué es lo sucedido. Si hay una nota más baja analizar el por qué, en qué se ha fallado, hacer autocrítica con ellos.
  • Mostrar el error como aprendizaje. Todos nos equivocamos, cometemos errores y decisiones inadecuadas, pero analizar esto nos permite avanzar y actuar de manera distinta buscando nuevos caminos.

Así que, mamás, papás y profesores, como último consejo a este artículo me gustaría deciros lo siguiente:

 

«Las comparaciones son odiosas, en muchas ocasiones, pensemos, analicemos y reflexionemos sobre el tipo de comparación y si realmente es necesaria. Igualmente, ayudemos y orientemos a los menores para que se valoren como son y no busquen continuamente la comparación».

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Comentarios (4)

  1. Helena Garijo Aguilar

    04 May 2018 - 3:56 pm

    Estoy de acuerdo con todo lo que nombra la autora acerca de las comparaciones.
    En la mayoría de casos, los adultos no se dan cuenta del daño que pueden hacernos con sus comentarios cuando nos comparan con otros niños y sobre todo con aquellos amigos que tenemos más finalidad. Todos hemos sido niños y hemos tenido que soportar esto por parte de nuestros padres. Por eso ,creo que es importante que los padres cambien esta forma de actuar ante sus hijos, es muy importante utilizar mucho el refuerzo positivo con pequeños gestos. De esta manera, creo que será la mejor motivación para un niño , y este se irá reforzando cada día un poco más para tener que evitar cualquier comparación.

    • María Jesús Campos Osa

      06 May 2018 - 10:00 am

      Hola Helena!

      Muchísimas gracias por tu comentario y reflexión. Es importante como padres y madres estar atentos a los comentarios que se realizan, así como reflexionar sobre ellos y valorar qué es lo que debe decir.

      Un saludo!

  2. Ana Isabel Figueroa

    07 May 2018 - 2:51 pm

    Hola. Les puedo decir que a mi me comparaba mucho mi mamá con TODOS! En muchos respectos, no sólo en el ámbito académico, sino en el social también. No puedo terminar de decir lo mucho que esto me desagradaba y ahora entiendo el por qué de muchos de mis traumas de la infancia.

    • María Jesús Campos Osa

      08 May 2018 - 9:44 am

      Hola Ana Isabel,

      Antes de nada, gracias por compartir tu experiencia personal. Las comparaciones, en muchas ocasiones, generan sentimientos de inferioridad, afectando a la autoestima e imagen personal que la persona se crea de sí misma, estando alejada de la real.

      Un saludo.

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