EDUCACIÓN EN VALORES, ¿EN CASA O EN EL COLEGIO?
Educación en valores en ambos entornos educativos.
Esta es mi respuesta a la pregunta planteada. Pregunta que genera debate entre padres y madres en las puertas de los colegios o en los grupos de WhatsApp, a raíz de acontecimientos que suceden en el aula y entre menores.
– Hoy Juan ha insultado a la profe.
– ¿En serio? ¿Y qué ha hecho la maestra?
– Le ha dicho que eso está muy feo y le ha mandado a la silla de pensar.
– ¿Y vosotros que habéis hecho?
– Nada, mirar lo que pasaba.
– Que no me entere yo que tú le dices eso a tus maestras.
Esta situación se da en algunos hogares al finalizar la jornada lectiva. Menores que cuentan a sus padres y madres lo acontecido en el aula, tanto lo bueno como lo no tan bueno, ya sea de ellos como de compañeros.
Situaciones como estas y muchas otras se dan en las aulas, faltas de respeto, no solo entre alumnado sino también a docentes. Situaciones que desencadenan opiniones y reacciones muy diversas por parte de todas las personas implicadas.
En el hogar se debe educar en valores. Es un pilar fundamental de los niños, niñas y adolescentes. Por tanto no podemos delegar esta labor en otras personas, en concreto en docentes.
Muchas veces se escucha esa frase de: “en casa se educa y en la escuela se enseña”.
Pues no estoy de acuerdo con ella, ya creo que en ambas partes se educa y enseña.
En el colegio hay una serie de normas básicas de convivencia. A nivel de centro y dentro de cada aula el tutor y los profesores establecen junto con sus alumnos las suyas. Pero no solo esto, ante determinados comportamientos e incumplimientos de las mismas, hay una serie de consecuencias que son conocidas por el alumnado. Así que, no les pilla de sorpresa cuando reciben algún parte, pasan el recreo en el aula o les toca salir al pasillo (porque suelen ser algunas de las acciones más comunes).
Durante el desarrollo de las clases se trabajan valores como el respeto, tolerancia, solidaridad, igualdad entre compañeros, respeto a la diversidad, etc. Esto se trabaja de diversas maneras, siguiendo diferentes estrategias y dinámicas. Está claro que cada docente sigue sus propias estrategias en el aula, como dice el refrán: “cada maestrillo, tiene su librillo”.
Así que, ya que no podemos delegar esa función únicamente al colegio, como padres y madres también debemos trabajar los valores con nuestros hijos e hijas.
Evidentemente, como progenitores somos responsables de los comportamientos de nuestros pequeños, cómo actúen en determinados momentos y cómo se dirijan a las personas (ya sean a sus iguales o a adultas).
Por lo tanto, una educación en valores se va forjando en el hogar. Aquí se deben establecer una serie de conductas como deseables y adecuadas en diferentes situaciones.
Ahora bien, si queremos que nuestros hijos tengan unos valores adecuados, lo primero que debemos hacer es mirarnos. Sí, somos modelos de nuestros hijos, y tal y como nos comportemos y actuemos, así lo harán ellos.
Si hablamos mal a la gente, insultamos, no damos los buenos días al entrar en algún sitio, se habla mal de sus docentes, de menores o compañeros de clase… ¿Qué harán los menores? Imitarnos y se comportarán acorde a lo que hacemos y decimos.
¿Qué debemos tener en cuenta?
- Los valores comienzan en el hogar. Es la primera cuna de cada menor, donde están sus modelos iniciales y de donde parten sus primeras conductas, reforzadas positiva o negativamente.
- Los límites y las normas. Vivimos en una sociedad en la que hay que respetar unos estándares sociales y personales para que el desarrollo sea el deseable. Incumplir esto tiene sus consecuencias, por lo tanto cada persona (menor y adulta) debe asumir esto.
- Rememos en una misma dirección. Tanto en la escuela como en el hogar, se deben seguir una serie de pautas comunes que hagan que los menores las identifiquen y les ayuden a mantener el equilibrio en ambas partes. Si en el aula se llevan a cabo comportamientos inadecuados como por ejemplo insultar, humillaciones o agresiones a compañeros y docentes, ambas partes deben sentarse y ver qué pasa, estableciendo una serie de pautas conjuntas para modificar estas conductas.
- Basarnos en una cultura del respeto. El respeto y la educación son los pilares básicos sobre los que deben centrarse los valores. Porque según estos podremos actuar, intervenir, defender y tomar decisiones de manera adecuada.
Educación en valores. Siempre, y ¿dónde? En ambos contextos, familia y escuela, principalmente, pero también en otros entornos y actividades en las que participan los menores (las extraescolares son otros contextos donde los valores también se trabajan).
Para finalizar este artículo, solo mencionar una cosa más….
Somos modelos de nuestros hijos e hijas, del alumnado, y actuemos, hablemos y nos comportemos, así actuarán, hablarán y se comportarán. No lo olvidemos.
Sonia
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, me ha gustado mucho.
La educación en valores es algo fundamental que se debe inculcar a los niños desde pequeños, es muy importante como has mencionado dar ejemplo de ello a los niños. Cuando son muy pequeños que son esponjas y copian todo lo que ven y escuchan es importante que los padres sean un buen ejemplo para ellos, lo deben ser siempre pero me parece que durante esta etapa de sus vidas aún más.
Los padres deben ser los primeros responsables de la educación de sus hijos, ellos son los encargados de enseñarles unos valores básicos para convivir en nuestra sociedad. Además, si los padres desde pequeños les enseñan esos básicos a sus hijos los hermanos mayores también reflejarán estas acciones y por lo tanto los pequeños también tomarán como referencia a su hermano mayor ya que los niños cuando son pequeños copian lo que hacen sus hermanos mayores.
Una vez llegan a la etapa escolar es importante que estos valores se mantengan y que los profesores sirvan de ejemplo al igual que los padres. Sin embargo muchas veces es complicado llegar a un acuerdo entre padres y profesores. Algunos padres no respetan la labor que hacen los profesores y con esto al mismo tiempo se da un mal ejemplo a los niños. Se debe crear un clima de respeto entre los padres y los profesores para ir de la mano si hablamos de la educación de los niños.
Se ha generalizado que en casa se educa y en el colegio se aprende, pero eso no es cierto ya que en el mismo colegio mediante normas de convivencia se están fortaleciendo estos valores morales de los que hablamos.
Asimismo, si a un niño desde pequeño se le ha enseñado unos valores de convivencia y de respeto, le será más fácil el día de mañana integrarse en la sociedad y el primer paso para esto es el colegio. Será capaz de relacionarse con sus compañeros de manera adecuada.
Por lo tanto, estoy de acuerdo en que se deben educar en valores en casa y en el colegio, pero es fundamental que los padres sean los primeros y lo más importante es que nunca dejen de dar ejemplo, para que el día de mañana lleguen a ser grandes personas.
Un saludo
Sonia
María Jesús Campos Osa
Buenas tardes Sonia!
Antes de nada, gracias por tu comentario y por la reflexión que has hecho. Totalmente acertada y de acuerdo en lo planteado.
La educación en valores es un trabajo de todos, porque los máximos beneficiarios son los niños y los adultos del mañana.
Un saludo!
Bárbara Alonso
En relación con el artículo “Educación en valores, ¿En casa o en el colegio?” debo mostrarme a favor de todas y cada una de las ideas que relata la autora.
Los valores importantes son aquellos que nos trasmite nuestra familia, como son el respeto, tolerancia, solidaridad, diversidad… Los niños son como “esponjas” ya que imitan comportamientos de los adultos que conviven con ellos, por lo cual los padres son el primer ejemplo que sus hijos van a seguir.
La edad obligatoria para empezar el colegio son los 3 años, “no todos los niños asisten a una guardería”, lo que implica que durante ese periodo de tiempo es la familia la que debe educar/enseñar en valores a sus hijos, ya que la educación empieza desde que nacemos.
La llegada al colegio del niño implica una continuación, refuerzo de aquellos valores que traen aprendidos de casa, al igual que si participa en alguna actividad deportiva o de otro tipo, ya que la escuela y la familia se complementan formando así un núcleo más fuerte en la educación de los niños.
Un saludo
Bárbara
María Jesús Campos Osa
Buenas tardes, Bárbara.
Muchísimas gracias por tu comentario y reflexión.
Un saludo.
María Jesús.