ABJ Técnicas de estudio

ESCAPE ROOM ADAPTADO

Escape room adaptado es la experiencia que voy a compartir en este artículo. Experiencia que publico a partir del interés generado. Y es que hay días en los que a partir de la publicación de una foto en las redes sociales comienzan a surgir comentarios y preguntas acerca de la misma y la actividad desarrollada.

 

Y eso es lo que me ha sucedido nuevamente (y yo encantada por la curiosidad generada). Así que, en este artículo explico cómo fue la planificación, diseño y desarrollo (pros y contras) de la actividad “Escapar del laboratorio”.

 

Como muchos sabéis, suelo emplear el Aprendizaje Basado en Juegos (ABJ) en mis intervenciones individuales y grupales. Así como el uso de mecánicas del mismo para desarrollar algunas de las actividades que llevo a cabo en mis diferentes talleres.

 

En esta ocasión, quería experimentar la presión del tiempo (como sucede en los exámenes) con la resolución de problemas (contenido del taller de Aprendiendo en mi estudio). Además de ver el uso de estrategias de razonamiento, la atención y concentración, además del trabajo en equipo.

 

Para ello, qué mejor que diseñar una especie de “Escape Room” adaptado, pero  con sus limitaciones. Esto es así porque no soy una experta en el diseño de juegos. Lo que diseño y planifico lo hago y elaboro según mis objetivos, necesidades y menores con los que trabajo.

 

Aunque aquí también tienen un poquito de responsabilidad algunas personas a las que sigo y de las que aprendo. Por ejemplo, Pepe Pedraz, Oscar Recio, Patri Mellado o Beatriz Cánovas, entre muchos otros.

 

Volviendo a «mi laboratorio», ya os he comentado los aspectos que tenía intención de trabajar con los chicos. Así que teniendo en cuenta esto, comenzó el proceso de diseño. Para ello planteé lo siguiente:

  • Un tiempo acorde al horario de una clase y de nuestros talleres: 40 minutos. Hay que tener en cuenta el tiempo extra de presentación y ver lo que sucedía.
  • Un laboratorio del que no se podía salir.
  • Diferentes problemas a resolver individualmente (resolución y comprensión de problemas). Los resultados tenían una finalidad y se debían compartir (aclarar los que no eran similares para ver los fallos)
  • Códigos a descifrar a partir de números y letras, independientes o superpuestos, que llevaban a nuevas pistas. Esto ya era grupal.
  • Tres vidas que se perdían por fallos cometidos.
  • Cinco pistas de orientación ante situaciones de bloqueo. Como una especie de comodín.

Todo esto se envolvía en un entorno concreto, en un laboratorio. Para dar mayor hilo al tema se empleaba terminología propia del mismo, usando productos y elementos que en ellos se encuentran.

 

Para aclarar un poco, os explico una de las actividades desarrolladas para el escape room adaptado a mis objetivos y grupo.

 

Había tres problemas y cada uno de ellos daba un resultado. Una vez resueltos tenían que ver qué operación realizar para obtener un código. Realmente, lo que debían hacer era sumar tres datos, pero no eran solo los resultados de los problemas, también era uno de los datos presentados.

 

Una vez habían conseguido descifrar cómo conseguir el código, porque recibían feedback durante la realización con imágenes y sonidos, tenían que conocer el valor de cada cifra del número para superponerla en una palabra, que les conducía a un nuevo enigma.

 

Así era el planteamiento. No solo con problemas. Debían descifrar notas y palabras cuyas letras estaban codificadas, abriéndoles la puerta, al acertar, a una nueva prueba.

 

Lo bueno de la actividad es que trabajaban contenidos diversos. Entre ellos había códigos que reclamaban algunos contenidos trabajados en matemáticas (por ejemplo, descomposición de números) y que en nuestro caso era el último paso. Con él obtenían el código final para abrir la puerta.

 

Sé la pregunta que os estaréis haciendo, ¿consiguieron terminar en tiempo y abrir la puerta? La respuesta es No.

 

Os explico, el tiempo les comió terreno. Las resultó complicado gestionarlo bien. S fueron bloqueando y agobiando a medida que veían que les quedaban menos y menos minutos.

 

Una vez terminado el tiempo y a falta del código final, decidieron seguir y descubrirlo. Aquí la curiosidad había crecido mucho y necesitaban saber el desenlace.

 

Todo lo vivido durante el desarrollo de la actividad, gestión del tiempo y la propuesta, comportamientos e interacciones, permite conocer más de cada persona. Así como sus conductas para desenvolverse en determinados contextos y situaciones. Permitiendo así trabajarlo en la siguiente sesión, pudiendo analizar detenidamente con ellos todos los aspectos observados.

 

Os voy a confesar una cosa… He jugado a Unlock! y a La tumba del faraón de la colección Exit de la editorial Devir y en ambos me estresé. La presión por descubrir, por el tiempo (caso del Unlook!) y saber el desenlace llega a ser agobiante y estresante, pero a su vez, muy divertido. Me vi reflejada en ellas en determinados momentos por mis propias experiencias con mis amigos.

 

Ahora bien, diseñar este tipo de actividades en un aula es fantástico. Y es que tiene una serie de ventajas:

  • Trabajar contenidos de interés propio según la materia u objetivo.
  • Conocer a los alumnos en otro entorno y dinámica.
  • Ver como manejan estrategias de razonamiento.
  • Trabajar en equipo.
  • Manejar las habilidades sociales.
  • Controlar la frustración.
  • Motivar.
  • Reforzar la superación personal y grupal ante el reto.

Así que, profesionales que trabajáis con menores y formadores de diferentes colectivos, os animo a diseñar, probar y experimentar estas situaciones con vuestros grupos.

 

¿Preparados para escapar?

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