Psicología

hablando de frustración en diferentes contextos

La pasada semana me mencionaron en un tuit, en el que se hablaba de frustración en el uso de juegos de mesa. Mensaje desencadenante, en parte de este artículo.

 

En ese mensaje, Paloma me mencionaba ante el uso de un juego de mesa por un peque cuya edad era menor de la recomendada. Haciendo un inciso en la frustración. Os dejo el enlace al tuit mencionado.

 

Ante ese mensaje deje un comentario que creo que es importante tener en cuenta. Y es la diferencia entre la frustración vivida según las situaciones, experiencias y momentos.

 

Y esto es importantes tenerlo presente, ya seamos padres, madres, educadores, terapeutas….

 

Porque la actuación desarrollada ante la frustración desencadenada variará significativamente.

 

Me explico, hay que distinguir entre:

  • Frustración porque he perdido en un juego, porque no he podido realizar la acción que yo quería o porque no se ha cumplido algo esperado.

Y por otro lado…

  • Frustración porque me encuentro ante un juego, una actividad o una tarea en el que las demandas o exigencias no son adecuadas a mis capacidades, desarrollo y habilidades.

Con respecto a los juegos de mesa, siempre digo lo mismo… La edad recomendada está por algún motivo. Y alguien que lo dice muy bien es Julia Iriarte en algunos de sus artículos de BAM! y vídeos, como este (a partir del minuto 10 muy recomendable) de El Pequeño Rincón de los Juegos de Mesa.

 

La edad recomendada se establece teniendo en cuenta las exigencias y mecánicas del juego, así como el nivel de desarrollo de los menores, las capacidades, habilidades y destrezas que tienen para esas exigencias.

 

Hoy no me quiero centrar únicamente en los juegos de mesa. Quiero atender a diversas actividades y tareas que se les presentan a los menores y que generan frustración.

 

Pero ojo, no voy a hablar de frustración únicamente por no conseguirlo, sino porque no son adecuados al nivel de desarrollo.

 

Imaginaos estas situaciones. Imaginaos en edad infantil…

 

Os piden hacer una suma con llevadas y aún no sabéis hacer sumas simples.

– Os piden estudiar una hora, pero solo sois capaces de mantener la atención 15 minutos.

– Os piden hacer una redacción y os cuesta hacer frases simples.

– Os piden escribir palabras, pero no está desarrollada la psicomotricidad fina y la pinza digital.

 

¿Cómo os sentiríais? Pues seguramente no muy cómodos. E incluso puede que os enfadéis al ver que no sois capaces de conseguirlo.

 

Es importante tener en cuenta SIEMPRE el nivel de desarrollo de los menores. Su proceso evolutivo, sus aprendizajes, porque, en definitiva, su desarrollo será determinante a la hora de poder realizar nuevas tareas.

 

Si se plantean acciones muy por encima del nivel de aprendizaje, estamos mostrando una exigencia muy alta. Exigencia que conduce a la no consecución de manera autónoma del objetivo. Todo esto puede desencadenar en:

  • Frustración.
  • Desmotivación
  • Abandono.
  • Malestar emocional.
  • Autoestima Baja.
  • Enfado.

Sí, estas pueden ser algunas de las consecuencias que nos encontremos cuando nuestros menores no son capaces de alcanzar algunos objetivos planteados.

 

Evidentemente, aquí la frustración desencadenada no será porque he perdido, será porque no he alcanzado mi objetivo. Pero hay que tener en cuenta que…

 

No alcanzo el objetivo porque se encuentra alejado de mis probabilidades, de mi nivel de desarrollo y aprendizaje.

 

Es decir, no está adaptado al nivel. A un nivel de exigencia óptimo, en el que el con cierto esfuerzo se pueda alcanzar o desarrollar actuaciones para ello, aunque no se consiga por otros motivos. Pero está adaptado.

 

Sin embargo, esa falta de atención al nivel de desarrollo, de aprendizaje previo será determinante en la frustración. Pero también lo será en la valoración personal que los menores hagan de sí mismos ante las tareas.

 

Aquí hablamos del autoconcepto y autoestima que pueden presentar los menores (que os he mencionado en las consecuencias) a raíz de esas tareas.

 

Pues bien, volviendo al tuit, con los juegos de mesa sucede lo mismo.

 

No todos los niños son igual de «jugones», ni tienen el mismo nivel de maestría en los juegos, ni experiencias o juegos a sus espaldas. Sin embargo…

 

Aunque hayan jugado habrá que ir presentándo juegos adecuados a sus aprendizajes, a su desarrollo y poco a poco ir ampliando.

 

Incluso, hay ocasiones en las que se pueden hacer adaptaciones (como hacemos muchos profesionales, en mi caso en terapia psicopedagógica), para adaptar la exigencia al nivel de desarrollo, pero porque se tiene un objetivo claro y definido.

 

Por ello, debemos tener cuidado con mezclar conceptos, con generalizarlos. Porque el desarrollo de esa frustración, emoción o sentimientos puede venir de diferentes caminos. Y algunos de estos se pueden y deben controlar.

 

Como conclusión a este breve artículo de reflexión…

 

Atender siempre al nivel de aprendizaje y de desarrollo de los menores antes de presentar un juego de mesa, un contenido, una tarea o una actividad, independientemente del tipo que sea.

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Comentarios (4)

  1. Madresfera

    10 Jun 2019 - 10:49 am

    Claro, efectivamente la edad y el desarrollo es fundamental y no podemos exigirles que gestionen la frustración cuando no están preparados para ello.

    • María Jesús Campos Osa

      10 Jun 2019 - 11:35 am

      Buenas Mónica,

      Muchas gracias por el comentario. Así es, no se puede exigir la gestión emocional si no están preparados. De ahí que valoremos y tengamos siempre en cuenta si nivel de desarrollo y aprendizaje, para así a partir de él poder exigir y plantear las actividades…

      Un saludo!

  2. Julia Iriarte

    11 Jun 2019 - 9:56 am

    Me parece tremendamente importante lo que dices y, efectivamente, insistimos desde nuestras posibilidades de divulgación para evitarlo. Forzarles (o «invitarles») a frustrarse por hacer algo para lo que no están preparados porque aún no es el momento, es un error. Muy de acuerdo con lo que dices. ¡Y muchas gracias por la mención!

    • María Jesús Campos Osa

      14 Jun 2019 - 6:43 am

      Buenas Julia!!

      Un placer mencionarte, tanto a ti como al equipo. Creo que en ese vídeo se refleja muy bien parte del mensaje de ese artículo.

      Así es, exigir o plantear actuaciones para las que un menor aún no está preparado ni tiene una base para poder desarrollarlo es un error y puede conducir a consecuencias importantes en su motivación, interés y propio aprendizaje.

      Un abrazo!

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