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JUGANDO AL PATCHWORK

Hace unos días intercambiaba unos mensajes en twitter con Julia, más conocida como @bebeamordor, acerca del juego de mesa Patchwork.

 

Todo surgió a partir de una fotografía que Julia publicó jugando por primera vez al juego, en la imagen le comentaba que el Patchwork es uno de mis juegos favoritos, además de ser uno con los que paso maravillosos momentos y “piques” sanos con la pequeña de la casa (6 años y lo tiene dominado desde los 5).

 

A raíz de esa conversación con Julia, decidí compartir mi experiencia con el juego así como los beneficios que aporta el mismo.

 

A nivel descriptivo (muy general) del Patchwork, contaros que es un juego para dos personas, en el que hay que colocar parches con formas de retales en una colcha (cuadrícula de 81 casillas), tapando el mayor número de huecos posibles, aprovechando el tiempo (casillas que se avanzan en un tablero central) y disponiendo del mayor número de botones. Los botones se utilizan para “pagar” y así poder comprar los parches que nos interesan. Aquí tenéis un vídeo  explicativo del juego para conocer más sobre él.

 

El Patchwork es un juego indicado para mayores de 8 años. Reconozco que los juegos de mesa aciertan con la edad mínima recomendada, pero hay niños que son grandes “jugones”, que están habituados a jugar y ver a las personas de su entorno probar diferentes juegos, captando dinámicas y estrategias de los mismos.

 

Por tanto, en ocasiones, la edad mínima puede ser más flexible y podremos emplear el juego en edades menores a las planteadas, siempre que el niño o la niña se sienta cómodo jugando a él, conozca y entienda el juego.

 

En mi caso, mejor dicho en el de mi pequeña, es lo que ha sucedido, que tiene 6 años y desde los 5 lleva jugando. Todo comenzó al vernos al papá y a mí echando partidas, se quedaba mirando los movimientos, la mecánica del juego y nos pidió probar. A partir de ese día, “enganchada” (como yo) a hacer colchas estratégicas y maravillosas con los parches (ganando en unas cuantas ocasiones).

 

Desde mi experiencia, Patchwork es uno de esos juegos que hay que tener, ya que nos permite pensar en las mejores estrategias, pero también pasar un rato divertido con otra persona.

 

Este artículo no tiene como objetivo contar únicamente mis experiencias personales con el Patchwork, quiero contaros los beneficios psicopedagógicos que este juego tiene (os aseguro que son algunos).

  • Estrategias cognitivas. Sí, hay que planificar, deducir y organizarse un plan mental para saber escoger los parches que mejor corresponden a la colcha que estamos diseñando.

¿Qué parche? ¿Qué cantidad de botones me cuesta? ¿Cuántas casillas avanzo? ¿Si quedo detrás tengo botones suficientes para coger otro parche? ¿Cuántos huecos de la colcha tapo? ¿Quito a mi contrincante el parche que a él mejor le encaja? Preguntas como estas y muchas más surgen, llevándonos a buscar estrategias y a deducir qué plan y pasos se deben seguir.

  • Orientación espacial. Distribuir y ubicar parches con formas diversas en una colcha de manera que vayan encajando y tapando el mayor número posible de huecos.

Reconozco que hay momentos en los que no es fácil por el tipo de parches que puedes escoger, por los huecos que se van quedando y no llega el parche deseado, etc. Para los niños es una forma perfecta de orientarse en un espacio, moviendo piezas para que encajen de la mejor manera posible.

  • Cálculo Mental. Hay que sumar y restar continuamente botones, además de multiplicar para hacer el cálculo global y saber el ganador.

Durante la partida es un continuo ¿Cuántos botones tengo? ¿Cuántos botones necesito? ¿Cuántos me quedan si compro este parche? ¿Cuántos me devuelven al hacer esa “compra”?

  • Atención. Hay que estar muy atentos a la colcha y a los parches distribuidos en la mesa, no solo de los que se puede beneficiar uno mismo, sino de los del compañero de partida.

Fijarse muy bien es clave, tanto en beneficio propio como para poder “fastidiar” al adversario.

  • Memoria. Recordar las normas para saber emplear las mejores estrategias es muy importante y avanzar adecuadamente entre los parches y en la colcha personal.

Con los niños es clave, ya que se les exige continuamente estar pensando en qué podían y no hacer, qué norma les beneficia en el momento en el que se encuentran (por ejemplo adelantar para conseguir botones o coger parches en los que avanza poco el tiempo, tiendo la opción de repetir turno).

  • Frustración. Sí, controlar que el compañero haya cogido un parque que a nosotros nos venía de maravilla para encajar en la colcha, que no tengamos los botones suficientes para comprar ese parche tan necesario…

Para los niños los juegos de mesa son fantásticos, ya que les ayuda a controlar impulsos como la ira ante situaciones desfavorecedoras para ellos, así como controlar la frustración ante momentos intensos de la partida.

  • Diversión. Es un elemento clave en los juegos de mesa, pasarlo bien y disfrutar mientras se echa una partida.

Como veis, Patchwork tiene bastantes beneficios, aunque a simple vista parece más básico, pero os aseguro que no lo es.

 

Aunque es un juego a dos, hay que destacar que si gusta e interesa se le puede sacar mucho provecho, haciendo adaptaciones y modificaciones para emplearlo en el entono en el que nos desenvolvemos, ya sea en un aula, un taller formativo o sesiones psicopedagógicas (como es mi caso).

 

Si no has jugado a Patchwork, estás tardando, es un juego recomendadísimo y muy bien valorado.

 

¿Echamos una partida?

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