La atención a la diversidad con juegos de mesa es un tema muy interesante. Y es que, a través de los juegos de mesa podemos atender y trabajar con menores que presentan dificultades de aprendizaje diversas.

Las personas que seguís este blog y mis redes sociales, habéis comprobado que los juegos de mesa son uno de mis recursos en intervención. Pero, no son el único. Además, seleccionar un juego u otro depende de cada menor, sus necesidades y características. Y, por supuesto, los objetivos de la intervención realizada, también, son determinantes.

Cuando se llevan a cabo intervenciones con menores que presentan dificultades de aprendizaje o trastornos del desarrollo, los juegos pueden ser un aliado. Y es que intervenir en atención a la diversidad con juegos puede ser enriquecedor y gratificante para menor y profesional que realiza la intervención.

Pero, evidentemente, «no todo vale» en las sesiones psicológicas, psicopedagógicas o clases (aulas de centro escolar). Porque el uso de juegos de mesa tienen sus beneficios, pero también límites. Y ambos aspectos no se pueden perder de vista, hay que buscar ese equilibrio entre ellos.

Hay ocasiones en las que, únicamente, vemos los beneficios porque un juego puede ser divertido, motivador o atractivo. Sin embargo, debemos tener en cuenta algunos límites. Y cuando hablamos de atención a la diversidad este punto es fundamental, sobre todo cuando se trabaja en grupos.

Y es que, no favorecer la accesibilidad al juego a todas las personas, puede provocar, por ejemplo, rechazo o sentimientos de inferioridad o incapacidad.

Así que, busquemos el equilibrio entre beneficios y límites del juego de mesa seleccionado. Porque de esta manera la atención a la diversidad con juegos será gratificante y permitirá alcanzar los objetivos planteados.

Y os estaréis preguntando… Qué beneficios nos aportan los juegos de mesa cuando hablamos de atención a la diversidad… Pues bien, hay varios aspectos (entre muchos otros) a tener en cuenta:

• Son divertidos y motivadores. Y esto algo que no podemos perder de vista.
• Permiten reforzar e intervenir en funciones ejecutivas, habilidades o destrezas. Conocer las dificultades nos ayudará a seleccionar aquellos juegos de mesa más adecuados.
• Contribuyen al aprendizaje. Los juegos de mesa nos permiten seguir aprendiendo muchos contenidos (no solo académicos), habilidades sociales y destrezas.
• Facilitan el acceso, presentación y tratamiento de contenidos de manera visual, dinámica y motivadora. Tener componentes del juego, así como reglamento, pasos a seguir, de manera visual y como apoyo es fundamental.
• Permiten su adaptación en función de las necesidades, características y objetivos que se tengan planificados. Muchos juegos de mesa nos permiten adaptaciones de componentes, modificar alguna de sus reglas o aplicarlos con diferentes finalidad. Sobre este punto encontraréis juegos, adaptaciones y aplicaciones varias en la categoría ABJ del blog.

Como se puede ver, los beneficios de los juegos de mesa son significativos. Y si nos centramos en atención a la diversidad, podemos ver esa parte de uso, adaptación y aplicación con menores.

Sin embargo, no nos podemos dejar llevar por los beneficios únicamente. Y es que si queremos potenciar estos, debemos tener presente los límites. Porque así haremos una selección y aplicación acertada en función de las personas, sus necesidades y objetivos planificados.

Entonces… Qué límites nos encontramos con los juegos de mesa… Como veréis, algunos son básicos, pero cuando hablamos de atención a la diversidad, cogen peso porque nos pueden condicionar en su elección.

• Edad recomendada. Si hay una edad en las cajas de los juegos, pensemos que es porque están diseñados para tener cierto grado de desarrollo y aprendizajes.
• Componentes. Hay componentes que nos ayudan en el desarrollo del juego, otros pueden generar estrés, y otros pueden limitar el uso del juego según las necesidades de la persona.
• Características de las personas y su nivel de desarrollo. Aunque un juego esté clasificado +8 años, puede que no lo podamos emplear con un niño de 9 años porque su nivel de desarrollo no le va a permitir seguir el juego, cumplir los objetivos pedidos en el mismo, comprender la mecánica, etc.

Como podemos ver, a veces es mejor ir de menos a más, emplear básicos y de ahí ir regulando según las necesidades. 

• Dificultades de aprendizaje o trastornos del desarrollo. Esto va vinculado con las características de las personas, pero me apetecía separarlo porque el uso de determinados juegos no son acertados ante determinadas dificultades. Esto puede ser por las mecánicas, exigencias, presentación de componentes, etc.
• Dónde se va a emplear. No es lo mismo en aula escolar con gran grupo (25 menores) que con grupo reducido (12-14 menores), o en aula con docente de Pedagogía Terapéutica o de Audición y lenguaje. Al igual que sucede en intervenciones psicológicas o psicopedagógicas individuales o de grupo reducido.

En este caso, hay juegos que por su mecánica, número de jugadores, componentes, etc, nos limitan su uso en determinados contextos. Mientras que otros son ideales para eso entornos grupales o escolares.

• Objetivos planificados. No los podemos perder de vista… Estos van a determinar nuestra intervención, las actuaciones llevadas a cabo y los recursos empleados. Por ello, estos últimos deben estar en sintonía con ellos.

Como se puede ver, los límites a la hora de seleccionar juegos son fundamentales. Y como hemos visto, intervenir la atención a la diversidad con juegos requiere tener en cuenta puntos básicos para una buena selección de ellos.

No pierdas de vista la balanza y el equilibrio entre beneficios y límites a la hora de trabajar en atención a la diversidad con juegos. Porque de ese equilibrio depende la accesibilidad que debemos a las personas, la motivación, interés, aprendizaje, implicación y disfrute del juego.

Antes de despedirme, si necesitas orientación o quieres resolver dudas sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto conmigo y concertar una asesoría personalizada.