Adolescencia Psicología

CÓMO EVITAR «INTERROGATORIOS» CON ADOLESCENTES

Cómo evitar interrogatorios con adolescentes… Esta es una de las preguntas que más plantean algunas familias. Familias y personas que trabajan con adolescentes.

 

Y es que fácil pasar la línea de la conversación al «interrogatorio» cuando el tema es complejo o delicado. Y, añado, cuando la persona adolescente no responde o emplea monosílabos (sacando de sus «casillas» a su madre o su padre).

 

Pero, quiero aclarar que esto también sucede ante conversaciones del día a día, que se pueden convertir en un «lanzamiento de preguntas» con el fin de conocer cómo están. Y es que hay que tener en cuenta siempre la comunicación y la parte emocional a la hora de afrontar estos momentos.

 

Para controlar esos momentos de lanzar preguntas indiscriminadamente sin recibir respuesta, voy presentar algunas estrategias. Estas estrategias y recomendaciones tienen como objetivo ayudar a mantener conversaciones fluidas con adolescentes.

 

Aclarar que cada familia, cada adolescente, cada relación familiar es totalmente diferente. Estas estrategias y recomendaciones son generales, es importante adaptarlas a cada necesidad y situación personal. Pero el objetivo es orientar y dar herramientas para el día a día.

 

Así que… Cómo evitar interrogatorios con adolescentes…

  • INICIA LAS CONVERSACIONES DESDE LA CALMA

Sé que esta parte es complicada cuando hablamos de temas delicados o situaciones graves. Situaciones que pueden venir del centro escolar, amistades, conflictos en casa, etc. Evidentemente, nos podemos encontrar con situaciones y temas muy diversos.

 

Para hablar del día a día, saber cómo están y tener esa comunicación fluida, ya os comenté la importancia de que nos expresemos como personas adultas. Es decir, podemos y debemos contar cómo estamos, cómo nos ha ido el día. Hay que implicarse en las conversaciones con adolescentes. Y esto es básico si queremos saber cómo evitar interrogatorios con adolescentes.

 

La calma y tranquilidad es la mejor aliada. A veces, se pueden plantear expresiones que no vayan a la pregunta directa, sino que introducen el tema de manera más suave. Por ejemplo, «Estoy preocupada porque he recibido una nueva notificación del instituto por mal comportamiento, me gustaría que me comentaras qué ha sucedido». Con esta expresión evitamos otras como, «Qué has hecho en clase? He recibido otra notificación, ¿en qué estás pensando?», que llevarán al rechazo.

  • EVITA LOS ATAQUES

Si vamos al ataque directo y a la confrontación, nos alejamos del diálogo. Y aquí será donde entre el juego el interrogatorio, porque sienten que se les cuestiona y ataca, y por tanto pueden «cerrarse» y no querer explicar o contar lo acontecido.

 

Si se entra en ataques continuados, en mostrar sus acciones erróneas, enlazar temas y situaciones diferentes, nos alejamos. La persona adolescente necesita sentirse escuchada y también valorada. No se puede ir en plan negativo constantemente. Deja tiempo y espacio porque tiene cosas que decir y los ataques no ayudan.

  • NO DES LAS RESPUESTAS POR ELLA O ÉL

Tienen su opinión, tienen cosas que decir… Y os aseguro que una de las cosas que a las personas adolescentes (y no solo adolescentes) molesta es que digan lo que piensan o sienten.

 

Por ejemplo, «Tú ya tienes pensado en abandonar el curso, tirar la toalla, y así te comportas en clase. Te da todo igual». Aquí ya se está dando por hecho qué va a hacer y su respuesta a la situación en el centro escolar. Cambia este planteamiento a «Me gustaría saber qué opinas de lo que está sucediendo, porque hay cosas que no entiendo y quiero ayudarte», porque aquí le das la mano a que exprese y opine.

  • DA TIEMPO A QUE SE EXPRESE, EVITA LA INMEDIATEZ.

Las prisas y la inmediatez no son buenas compañías… Cada persona tenemos nuestros ritmos y necesitamos nuestros segundos o minutos para plantear la respuesta y la opción a lo planteado. Por ello, es importante dar segundos de intercambio, dejar momentos, y no enlazar preguntas o comentarios de manera continuada sin respetar ese tiempo.

 

A veces nos olvidamos de las características y necesidades de las personas adolescentes. Tienen otras demandas, siguen otros ritmos, entenderlos y comprenderlos nos ayudarán en la comunicación con ellos y en las relaciones.

  • BUSCA MOMENTOS DE TRANQUILIDAD

Como he indicado previamente, hay que iniciar las conversaciones con calma, pero también buscar momentos de tranquilidad. Si queremos abarcar un tema delicado, se debe encontrar el momento adecuado, no dejarnos llevar por la impulsividad y tener el control sobre la situación.

 

Favorecer esa conversación desde la calma, tranquilidad, escucha activa, respeto, comprensión y validando las emociones, es un punto de partida. Y este debe ser un pilar en el que nos debemos apoyar.

 

Pero también, pensar en cómo estamos cada persona para afrontar el tema en cuestión. Porque a veces tener el control, un estado emocional regulado y tener claro qué decir y cómo podemos ayudar y encauzar la situación, es importante.

 

Hasta aquí este artículo cuyo fin es orientar y dar herramienta y estrategias a familias, pero también a profesionales que están con adolescentes.

 

Todas las personas que trabajamos con adolescentes debemos tener en cuenta cómo evitar los interrogatorios y favorecer una comunicación fluida.

 

Si queréis conocer un poco sobre la adolescencia, etapa evolutiva, relaciones o comunicación con adolescentes, podéis visitar la categoría Adolescencia del blog. Y si necesitáis orientación o acompañamiento como familia o profesional, os aconsejo buscar ayuda profesional.

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