Psicología

COMPRENSIÓN LECTORA Y APRENDIZAJE

Comprensión lectora y aprendizaje van de la mano, pero en ocasiones escuchamos: “Tenemos un problema con los problemas”

 

Esta frase la escucho muchas veces en sesiones individuales, en talleres grupales, así como en reuniones formativas. Frase que parte de madres, padres, alumnos y profesores.

 

Sí, la comprensión lectora es uno de los flecos de la educación. En ella se obtienen resultados más bajos y de donde parten muchas quejas en las famosas evaluaciones externas que se realizan a los estudiantes.

 

No solo en esas evaluaciones, muchos profesores identifican la dificultad de sus estudiantes a la hora de resolver problemas en asignaturas como Matemáticas. Aspecto que se complica cuando comienzan en secundaria con problemas de Física o Tecnología.

 

La reflexión que me he lanzado a escribir hoy surge a partir de este tweet que publicó Manu Sánchez en su twitter, en el que compartía la imagen de un problema de matemáticas y una serie de preguntas, y a partir de ella surgían una gran cantidad de comentarios y opiniones al respecto.

 

He de decir que no es uno de los peores planteamientos de problemas que he visto en un libro de texto ni en fichas. Se puede estar más o menos de acuerdo en lo que plantea y se pide en el problema, pero creo que el debate en el que actualmente hay que focalizar la atención es:

 

¿Cómo trabajar la comprensión lectora con los alumnos?

Aquí pueden surgir bastantes ideas, pero os aseguro una cosa, poner fichas de problemas día a tras día, no es la solución. Un problema no se aprende ni se hace bien por mucho practicar, un problema se debe comprender porque en él no hay un aprendizaje memorístico, sino comprensivo.

Que quede claro que no estoy negando hacer problemas, porque sí hay que practicar la resolución de problemas. Pero hay que tener en cuenta varios aspectos:

  • Analizar pasos para enfrentarnos a ellos.
  • Buscar la información importante.
  • Identificar datos claves que nos pueden guiar en torno a las operaciones.
  • Saber qué es lo que realmente piden.
  • Desechar aquella información que no es requerida ni significativa.

Pero, un inciso tengo que volver a hacer, estos pasos no los deben hacer los alumnos solos. Hay que guiarles, orientarles, hacer muchos problemas con ellos, permitirles desgranar y visualizar lo planteado de mil maneras. Favoreciendo y permitiéndoles que ellos escojan el sistema que más les ayuden.

 

Reconozco que dibujar los datos y representarlos visualmente puede ser de gran ayuda para los niños, así como plasmar en los enunciados contenidos, elementos, objetos o personajes de su día a día.

 

Como he escuchado alguna vez a Óscar Recio, en vez de usar plantas empleemos bolas de Pokémon. Personajes cercanos y representativos para ellos, así captaremos su atención desde el momento en que comiencen la lectura del enunciado.

 

Ya lo he mencionado, hay que trabajar conjuntamente los problemas con los alumnos desde los primeros cursos de primaria, pero no solo los planteamientos de estos, también los enunciados de los ejercicios de las asignaturas.

 

Porque sin comprensión no puede haber una buena resolución de los mismos.

 

Hay que trabajar la comprensión de menos a más, poquito a poco, porque de esta manera se evitarán problemas en cursos superiores.

 

Como muchos sabéis, imparto talleres de diversas temáticas y uno de ellos es de Comprensión lectora, delimitando una parte al área de los problemas. Aquí no solo hacemos problemas sin más, sino que analizamos los problemas desde diferentes perspectivas para poder comprender mejor su planteamiento y lo que solicitan. Por ejemplo:

  • Creamos problemas a partir de datos ofrecidos, que irán variando y aumentando según la mejora y progreso de los menores.
  • Ordenamos enunciados. Cómo estén ubicadas las frases, una coma o un punto determinará la exposición y lo planteado.
  • Seleccionamos preguntas que se pueden plantear a partir de un enunciado dado. No todas las preguntas son válidas para un enunciado porque hay datos que no están presentes o porque simplemente no guardan relación. Así trabajamos la discriminación de la información.
  • Dibujamos problemas. Ya lo he mencionado, dibujar los datos (peras, cromos, bolas, plantas, etc) nos ayuda a visualizar la información y a poder trabajar sobre los dibujos de manera que se vea más fácil las operaciones a realizar.

Estos son algunos ejemplos de cómo trabajo la comprensión de los problemas, actuando sobre los procesos que intervienen en su comprensión y desarrollo.

 

Reconozco que muchos de los aspectos trabajados con estas intervenciones también ayudan y favorecen, no solo la comprensión de los problemas. También la comprensión de los textos de Lengua (los famosos apartados de comprensión lectora que recogen los libros de esta materia) o de otras asignaturas a la hora de subrayar, hacer esquemas y relacionar contenidos. Y es que la comprensión lectora y el aprendizaje van de la mano.

 

Porque comprender no es memorizar. La memoria es fundamental para almacenar la información presentada. No obstante, es importante relacionar, reflexionar, buscar los enlaces y conexiones entre los contenidos. Así mejoraremos el rendimiento y comprensión de la información.

 

Trabajar bien la comprensión lectora desde el inicio de la etapa educativa, dedicándole tiempo, conociendo las dificultades que presentan los alumnos, enseñando a discriminar información y a seleccionar lo adecuado, nos ayudará a avanzar en su aprendizaje y rendimiento.

 

Porque unos cimientos resistentes permitirán que la casa no se derrumbe en etapas posteriores.

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