El impacto del fin de las mascarillas es algo de lo que se está hablando en estas últimas semanas. Evidentemente, después de dos años llevando este complemento en la calle y lugares cerrados, hay un efecto en las personas. Y es que hay muchas ideas, miedos y decisiones a su alrededor.

Se ha empezado a hablar del «síndrome de la cara vacía» en los medios de comunicación y algunos profesionales lo están empleando. En este artículo no voy a hablar de ello, el objetivo del mismo es otro.

Presentar algunas ideas y consejos para las personas y familias, que me han preguntado sobre algunos temas que les preocupan.

En concreto, hay cierta preocupación por parte de familias, docentes y profesionales en torno a peques y adolescentes (en mayor medida). Y es que hay menores que no se quieren quitar la mascarilla o están presentando miedos y angustia ante el hecho de no llevarla. Como sabemos, la mascarilla se ha convertido en un complemento y nos hemos acostumbrado a vernos con ella. Por tanto, ahora resulta raro cuando nos vemos sin ella.

Uno de los aspecto que preocupa en el impacto del fin de las mascarillas es por qué no se quieren quitar las mascarillas algunas personas. Y es que puede haber causas muy diversas.

Evidentemente, cada persona tiene sus preocupaciones, interpretaciones, experiencias, percepciones a la hora de tomar esa decisión.

A continuación os presento algunas de ellas…

• MIEDO A CONTAGIARSE. Esto es algo que a muchas personas les sigue afectando e importando mucho. Los motivos del miedo a contagiarse puede ser porque han visto a personas cercanas que lo han pasado mal, no quieren contagiar a familiares de riesgo, etc.

Además, hay personas que piensan que la falta de control o responsabilidad social puede contribuir al contagio. Por ello, el miedo a contagiarse es una de las causas para no quitarse la mascarilla.

• INCOMODIDAD CON SUS RASGOS FACILAES. Acné, manchas, aparatos dentales, grosor de los labios, tamaño de la nariz… son algunos de los aspectos y características que determinan no quitarse la mascarilla.

Para muchas personas, las mascarillas han sido el objeto perfecto para tapar aquello que no las gusta de la cara. Y como sabemos, la adolescencia es una época de cambios, y los cambios físicos son significativos, entre ellos los rasgos faciales.

• AUTOESTIMA Y PREOCUPACIÓN POR EL QUÉ DIRÁN. El hecho de que las personas no se encuentren cómodas con sus rasgos y características, tengan poca confianza y una autoestima baja, también influye.

La preocupación por el qué dirán ante sus características coge mucho peso a la hora de tomar determinadas decisiones. Por ello, la percepción de una misma y la autoestima son una posible causa de no quererse quitar la mascarilla.

• PERCEPCIONES E INTERPRETACIONES DE CÓMO SOMOS. Cada persona tiene una percepción de sí misma, y a veces no es favorable ese autoconcepto elaborado.

Esa percepción personal influye en las decisiones que una persona toma, entre ellas quitarse la mascarilla. Y es que la falta de seguridad y no sentirse bien con una misma determina algunas acciones que se llevan a cabo.

Para ayudar en esas decisiones de no querer quitarse la mascarilla, os voy a dejar una serie de consejos.

• CONOCE PORQUÉ NO SE QUIEREN QUITAR LA MASCARILLA. Esta debe ser la primera cuestión que debemos tener en cuenta. Y es que conocer qué les preocupa es clave, por ejemplo miedo a contagiarse, el qué dirán, no sentirse cómodos con su cara…

Si sabemos el motivo o motivos por los que una persona no se quiere quitar la mascarilla será más fácil ayudarla. Y no solo ayudarla, entender esa decisión y poder acompañarla.

• EVITA FORZAR Y OBLIGAR. No hay que obligar a que se quiten la mascarilla, ya que esto puede generar malestar emocional. Incluso puede desencadenar conflictos por la tensión que genera el momento.

Como ya he mencionado, conocer el motivo será fundamental para entender la decisión y ayudar. De esta manera evitaremos obligar a su retirada.

• INICIA UNA RETIRADA PAULATINA Y EN CONTEXTOS SEGUROS. No debemos forzar, pero sí podemos crear espacios y momentos seguros. Acompañando en una retirada paulatina en contextos que den confianza y con personas cercanas.

Podemos hacer aproximaciones en esa retirada de la mascarilla, sin forzarla y evitando que sea de manera brusca y repentina. O ir bajándola poco a poco, para ir mostrando más de la cara, por ejemplo en casos de no querer mostrar la cara por granos, manchas…

Como podéis ver, el impacto del fin de las mascarillas en las personas puede venir dado por varias causas. Cada persona tiene sus motivos y por tanto lo vive de manera diferente. Para entender esas preocupaciones y miedos es importante conocerlos y entenderlos. De esta manera será más sencillo acompañar en esa retirada, que debe ser gradual.

Por último, recordad que cuando hay situaciones y estados emocionales limitantes para el día a día, lo recomendable es buscar ayuda profesional.