EL PLACER DE LEER
El sábado 3 de junio visité, junto con mi pareja y nuestra pequeña de 6 años, la Feria del Libro de Madrid (tal y como estamos haciendo durante los últimos años). Como cada año, disfruté mucho del paseo entre las casetas con temáticas diversas (infantil, juvenil, adultos, novelas gráficas, cómics, psicología y pedagogía, ciencias, etc), viendo a mi hija con los ojos muy abiertos buscando libros y leyendo los expuestos, hablando con los protagonistas y llevándome alguna firma a casa.
Esta hubiera sido una visita sin más, con una reflexión en familia sobre lo visto y vivido durante el día, sin ir más allá. Sin embargo, de regreso a casa me encontré en twitter con esta publicación del periódico El País, compartida por Óscar Recio junto con un planteamiento que lanzaba sobre el tipo de lectura que se plantea a los menores desde los centros escolares.
Y ante esto, lo visto en la Feria del Libro y lo que vivo cada día con los menores que trabajo, he decidido hacer mi reflexión sobre las lecturas “obligatorias” en los centros escolares y las lecturas que hacen los niños y adolescentes (que en la mayoría de las veces son muy diferentes).
– Uff, María Jesús tengo que leer este libro.
– ¿Es el que os han dicho en el colegio?
– Sí, es un rollo, ¡no me gusta nada!
– Y después, ¿tienes que hacer una ficha de lectura?
– Claro, como siempre…
Esta conversación la tengo en muchas ocasiones con niños de primaria de 10 y 12 años y con adolescentes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Y os puedo asegurar que a muchos de ellos les encanta leer, pero leer libros con temática y estética adaptada a sus gustos.
Por ejemplo, entre ellos tengo a un chico al que le encantan los cómics, los “devora” y cada vez que tiene un hueco coge uno de ellos para disfrutar de la lectura; por otro lado, llevo a cabo una intervención psicopedagógica con una chica que le encanta la colección de libros para adolescentes de Blue Jeans; otro es un amante del género de ciencia ficción. Y así os podría decir el género y gustos de muchos de los menores con los que trabajo.
Entonces… ¿A los adolescentes les gusta leer? Creo que la respuesta es clara, Sí. Evidentemente no a todos (como sucedía en mi época, en épocas anteriores y seguirá sucediendo), pero hay un gusto por leer, eso sí, el género y temática es acorde a sus intereses (como nos sucede a los adultos).
Reconozco que me cambia la cara cuando me dicen: “Me han pedido leer este trimestre Tres Sombreros de Copa”, “María Jesús, ¿tú tienes Zalacaín el Aventurero o Las bicicletas son para el verano?”.
No tengo nada en contra de clásico como estos (yo los he leído como muchos de vosotros), algunos de ellos me parecen buenas obras, pero creo que la literatura ha avanzado y cambiado, hay nuevos escritores que escriben fantásticos libros que pueden tener su hueco en las escuelas.
Ahora bien, yo no soy partidaria de imponer una lectura, soy de las que opino que para favorecer la lectura entre los menores es mejor dejarles que ellos elijan la obra (independientemente del género, novela, cómic, terror, romántica, etc) y a partir de la misma realizar diversas actividades, no la típica ficha de lectura, como por ejemplo una presentación a los compañeros sin hacer spoilers, redactando finales alternativos, etc.
Creo que permitir explorar temáticas y géneros es la clave para descubrir el gusto personal por la lectura, alejándose de la imposición y de clásicos alejados de la realidad que muchos jóvenes buscan.
¿Cómo podemos favorecer el gusto por leer?
Llevando a cabo múltiples actividades:
- Realizar visitas a la biblioteca. Allí se encuentran una gran variedad de libros para poder descubrir y cambiar en la siguiente visita si no fue atractivo.
- Asistir a ferias del libro donde poder ver cientos de libros, hablar con expertos en temáticas, etc. Disfruto muchísimo viendo a padres y madres acompañando a sus hijos adolescentes en las larguísimas colas que se forman en la Feria del Libro de Madrid para que su escritor o escritora de referencia les firme el último libro o los tres anteriores.
- Escuchar a los menores sobre sus gustos y experiencias ante los libros. ¿Por qué negarlos que nos cuenten lo que les gusta? ¿Por qué no explorar con ellos nuevas temáticas? Sí, no hay que cerrarse a nuevas experiencias y a explorar nueva literatura.
- Plantear actividades diferentes a partir de una lectura. Alejarse de la típica ficha de repaso o del examen de preguntas (que muchos hemos vivido), proponer presentaciones, crear finales alternativos, qué sucedería si no hubiera uno de los personajes, introducir un personaje nuevo… Un sinfín de opciones sobre las que trabajar.
- Dejar que los menores propongan. Dar opción al principio de curso de que los alumnos elaboren un listado de libros a recomendar a sus compañeros, así como leer ellos mismos para ser trabajados en el aula.
Según todo esto, pueden surgir toda una serie de cuestiones:
¿Hay que fomentar la lectura? Por supuesto.
¿Hay que obligar a leer libros concretos? No, generamos el efecto contrario.
¿Hay que facilitar la elección del menor en el libro? Claro que sí.
¿Hay que abrir las lecturas a nuevas experiencias? Siempre.
¿Hay que adaptarse a las necesidades y curiosidades de los chicos que se tiene? Sí.
La literatura evoluciona, tenemos nuevas tendencias, nuevos escritores y jóvenes interesados en ellas, así que vamos a permitirles disfrutar de ella, aceptemos esos gustos e intereses y vamos a dejarles que nos las presenten y comenten.
Porque un libro nos permite vivir aventuras maravillosas, conocer a personas únicas, visitar lugares mágicos y, sobre todo, disfrutar de un tiempo especial.
Alicia
Qué gran artículo y qué buenas ideas!
Mientras estaba en el instituto me obligaron a leer algunos libros, los clásicos que algunos me gustaron y otros que eran muy interesantes y actuales. Dentro de una lista variada de estos últimos nos dejaban elegir cuál leer para animarnos a la lectura y la verdad que funcionó porque son libros que nos encantaron.
Como en el artículo, en mi opinión, como no te guste el libro y te obliguen a leerlo te va a producir más rechazo que otra cosa. En mi caso, no me gustó nada El Quijote. Entiendo que haya que saber de él siendo tan importante pero, al igual que yo, creo que nadie terminó leyendo la edición de 1000 páginas, papel super fino y letra enana. Creo que obligarnos eso no nos ayudó mucho para coger placer a la lectura y cualquiera de las ideas que propones son mucho más interesantes.
María Jesús Campos Osa
Muchas gracias por el comentario Alicia!
Me alegra que te haya gustado el artículo y las ideas que en él se propongo… Como bien dices, todos en el colegio o instituto hemos vivido la imposición de lecturas y no nos favorecían nada… Hay que facilitar la lectura, permitir explorar y descubrir temáticas y géneros…
Los adultos tenemos gustos propios, respetemos que nuestros menores también los tengan.
Un saludo!!