JUGANDO CON LA ATENCIÓN (PARTE I)
La atención es una de las bases del aprendizaje, ya que nos permite focalizar nuestros recursos mentales en el objeto de estudio.
La atención se puede trabajar y reforzar de diferentes formas, todo ello adaptado a las necesidades y características de los menores con los que estemos trabajando.
Si estamos atentos conseguiremos concentrarnos y aprenderemos y comprenderemos la información que tengamos ante nosotros.
Este es el primero de dos artículos que quiero compartir con vosotros acerca de algunos de los recursos que empleo y las actividades que llevo a cabo, tanto en los talleres psicopedagógicos grupales como en las sesiones individuales, para trabajar la atención y concentración de los estudiantes (tanto en niños de infantil y de primaria, como en chicos de secundaria).
Evidentemente, no se trabaja de la misma manera con niños de cuatro, seis, nueve o trece años, ni se emplean los mismos recursos y estrategias. Como he dicho en muchos artículos de este blog, hay que adaptarse al grupo o menor que tenemos frente a nosotros.
Pues bien en este primer artículo quiero contaros cómo trabajo la atención con los alumnos más mayores (4º a 6º de primaria y estudiantes de secundaria).
La atención con niños de 10 a 12 años se puede trabajar con recursos diversos, desde fichas o láminas, como por ejemplo sopas de letras, crucigramas, cruzadas o laberintos (adaptándolos a características del menor, nuestros intereses y objetivos), hasta emplear diversos juegos de mesa que requieren de atención, concentración y memoria para su desarrollo y para diseñar una estrategia.
Entre los juegos de mesa con lo que ponemos contar, encontramos multitud de ellos que podemos adaptar a nuestras necesidades. Entre mis básicos están:
- Story Cubes. Unos dados que son de gran utilidad y nos dan mucho juego para trabajar diversos contenidos. Podéis conocer más sobre ellos en este artículo.
- Imagine. Me encanta… Estar atentos a las cartas, movimientos y señalizaciones es clave para descubrir lo representado. Si aún no lo conocéis os dejo mi reseña y experiencia en este artículo del blog.
- Código Secreto de imágenes. Escuchar, fijarse y recordar pistas previas para adivinar el código es fundamental y requiere estar atentos para ser más rápidos que el equipo contrario.
- Dobble. Un clásico en mi ludoteca, tanto con pequeños, medianos y mayores (reconozcamos que los adultos también nos “picamos” con este juego). Saber qué imagen coincide entre las cartas nos exige mucha atención y control.
- Hive. Este juego me encanta trabajarlo con alumnos más mayores. Trabajar estrategias y atención para rodear a la abeja del contrincante, es clave para ganar.
- Hannabi. Ha sido un gran descubrimiento de estos últimos meses. Estar atentos y recordar nuestras cartas para no romper los fuegos artificiales del grupo.
- Otros juegos más clásicos serían el ajedrez, las damas, hundir la flota o el cuatro en raya.
Lo digo muchas veces, los juegos de mesa son un fantástico recurso, se pueden emplear tal y como se plantea el juego en sus instrucciones, pero se puede adaptar a aquello que nos interese trabajar.
Si adaptamos un juego según nuestras necesidades, os recomiendo que previamente lo empleéis con los chicos en su modo básico, para ver cómo se comportan ante él, qué dinámicas y mecánicas son asimiladas y cuáles no, etc. A partir de aquí la adaptación y el uso del juego será más satisfactorio.
A pesar de algunos juegos de mesa que os acabo de mencionar, también se pueden realizar actividades y dinámicas diversas para trabajar la atención y concentración.
Esto es lo que quiero compartir con vosotros, una actividad que llevé a cabo con los participantes del taller de Técnicas de estudio.
El taller está compuesto por un grupo de 6 menores con edades comprendidas entre los 10 y 12 años, en el que se trabajan semanalmente diversos contenidos relacionados con el aprendizaje y estrategias (planificación, organización, técnicas de estudio, motivación, estrategias de atención y memoria…)
En esta ocasión, la actividad planteada al grupo fue la elaboración de un cómic, pero con truco y con exigencias diversas.
La idea era trabajar la expresión y creatividad, pero jugando con el tiempo y con la atención a la hora de ponerse a trabajar.
El planteamiento de la actividad era crear un cómic de nueve casillas con tiempo límite en cada una de ellas durante su elaboración, yendo de más a menos minutos. Además de esto, la actividad se complicaba, ya que se limitaba a los menores con el uso de imágenes de los Story Cubes.
El proceso seguido fue el siguiente:
- Lanzamiento de los nueve dados de los Story Cubes.
- Cada chico cogía un dado, se iba a su plantilla y disponía de 3 minutos para realizar la primera casilla, con texto breve de cómic y con imágenes.
- Finalizado este tiempo, se soltaba ese dado en la imagen correspondiente y se cogía otro de la mesa.
- Nuevo tiempo para la siguiente casilla, con el mismo proceso (texto-imágenes).
- El proceso se repetía en cada una de las casillas, bajando el tiempo destinado para su realización, hasta finalizar la última con un minuto y medio.
Al final nos encontramos con cómics diferentes que comparten nueve imágenes, pero con una historia y temática muy dispar.
Con esta actividad reforzamos y trabajamos una serie de aspectos como:
- Creatividad. Hay que inventar, imaginar un cómic con la chispa o limitación (según el momento) de imágenes por cuenta propia.
- Expresión. En este caso, no hay un gran desarrollo textual, por lo que la expresión escrita es más reducida, pero debían de ser concisos y claros en la frase o palabras empleadas.
- Agilidad mental. No para calcular, pero sí para adaptar la historia a las imágenes de los dados presentados. En ocasiones podían anticipar el siguiente a usar, pero se podían encontrar con el hándicap de que un compañero fuera más rápido en cogerlo.
- Atención. Sí, era un requisito fundamental y a medida que se reducía el tiempo, más. Contar con un tiempo limitado para realizar algo nos obliga a centrar nuestra atención en el foco de interés (esta idea era la que se trataba de trabajar y extrapolar al ámbito de estudio de los chicos).
Como veis una actividad simple, que empleó como recursos una plantilla de cómic (elaboración propia), un juego de imágenes y un cronómetro, pero que permitió trabajar diversos aspectos en cada uno de los menores.
Como habéis podido comprobar podemos jugar con la atención de diversas maneras, trabajándola y reforzándola con el uso de recursos muy diversos y adaptaciones a los intereses propios.
Esta ha sido la primera parte de Jugando con la atención, la próxima semana más…
¿Os animáis a jugar con la atención?