Técnicas de estudio

JUGANDO CON LA ATENCIÓN (PARTE II)

Hace unas de semanas compartí con vosotros este artículo, en el que hablaba sobre cómo trabajar la atención con niños a partir de los 9-10 años. Como indicaba, era la primera parte del título Jugando con la atención, que hoy se completa con este artículo dedicado a trabajar la atención con niños más pequeños (entre los 3 y 9 años).

 

Lo he dicho en muchas ocasiones, con los niños podemos emplear similares recursos, actividades, juegos, dinámicas…, pero la clave está en adaptarlas a las necesidades, características y demandas de los menores con los que trabajemos.

 

Antes de seguir, hay que tener en cuenta que los niveles y periodos de atención de los niños pequeños (3-5, 6-8 años) son más cortos y diferentes que los de niños más mayores o adolescentes (aunque en ocasiones con estos también se trabaja en tiempos breves, pero con diferentes metodologías). Teniendo presente esto, hay que diseñar y planificar tareas adaptadas a su nivel y emplear recursos óptimos para ellos.

 

En mi caso, empleo un gran  número de recursos y llevo a cabo diferentes actividades cuando trabajo con niños más pequeños o alumnos de primeros cursos de primaria. He de decir, que cuando realizo sesiones psicopedagógicas con niños mi herramienta fundamental es el juego y fichas «divertidas», con las que trabajar las demandas que presenta el menor.

 

Lo he mencionado en alguna ocasión, no es lo mismo realizar sesiones psicopedagógicas con niños de 6 años, con niños de 10 o con adolescentes, al igual que sucede con las sesiones psicológicas. Hay que adaptarse.

 

A continuación voy a recoger algunos recursos y actividades que pueden ser empleados con niños pequeños con el objetivo de trabajar la atención.

  • Laberintos. Hay multitud de tipos de laberintos, así como niveles de dificultad, que serán tenidos en cuenta en función de los niños con los que estemos trabajando.

Lo bueno de los laberintos es que la información es visual, por lo que no es necesario tener adquirida la lectura, siendo así una herramienta perfecta con los más pequeños (3-4 años).

  • Puzles. Sí, los tenemos en prácticamente todas las casas  en las que hay niños, estructurados por edades, gustos, personajes favoritos….

Los puzles son una herramienta muy buena para trabajar la atención, la orientación espacial, así como la destreza manual. Podemos ir aumentando la exigencia y dificultad (número de fichas o tamaño de estas) según las características que presenten los menores.

  • Encuentra las diferencias. Reconozco que es un tipo de actividad que me encanta, y siempre tengo fichas de este tipo en mi carpeta de recursos.

Son fichas en las que hay que estar atento para descubrir cuatro, cinco u ocho diferencias entre dos imágenes, que a simple vista parecen iguales. En este tipo de fichas es aconsejable mostrar diferencias que sean fáciles a la vista con otras más complicadas, para así trabajar la motivación y no ser frustrante desde el inicio.

  • Sopa de letras. Encontrar palabras en vertical, horizontal, diagonal, al revés, exigen a los pequeños picos importantes de atención. No solo esto, también se trabaja vocabulario y ortografía.

Las sopas de letras requieren un reconocimiento de las letras y palabras, por lo que son aconsejables a partir de los 5 o 6 años, adaptándolas a las características de los pequeños. Además, elaborar una sopa de letras es sencillo y se puede personalizar al menor según sus gustos, personajes o temas trabajados en ese momento.

  • Crucigramas. Están dirigidos a niños más mayores, a partir de 7 años (aunque algunos más pequeños con guía y apoyo pueden realizarlos), ya que requieren la capacidad de comprender frases, definiciones o textos.

En mi caso, elaboro crucigramas diversos a partir de un texto dado o definiciones. Aquí no solo trabajamos la atención, también la comprensión lectora, deducción o vocabulario.

  • Cruzadas. Conseguir encajar un listado de palabras o números en casillas, exige estar atentos, pensar bien las palabras y números que colocar y cómo, para ser capaz de que todo cuadre perfecto.

Como podéis ver, algunos de estos recursos los empleamos los adultos como pasatiempos, pero sabiéndolos adaptar a las características de los menores podemos trabajar multitud de capacidades y aspectos de su desarrollo.

 

Siguiendo con recursos, ahora me gustaría compartir con vosotros algunos juegos de mesa, recomendados para trabajar atención (seguro que muchos de ellos los conocéis):

  • Dobble. Es un juego que me encanta y a mis chicos también (se generan competiciones y “piques” sanos maravillosos). Por si no lo conocéis (os lo recomiendo), consiste en encontrar la imagen que comparten las cartas de la mesa y las que tenemos en la mano, llevando a cabo diversos minijuegos propuestos que contiene el juego en sí.

Hay diversas versiones del Dobble, por lo que podemos seleccionarlas según edades, gustos, características del grupo, etc.

  • Cuatro en Raya. Juego de toda la vida, al que alguna vez hemos dedicado tiempo y torneos entre amigos o compañeros.

Dónde colocar la ficha para conseguir mi fila de color es el objetivo claro del juego. Pero no sólo eso, la atención, la estrategia propia y descubrir la del adversario son importantes para alzarse con la victoria.

  • El ajedrez o las damas. Son juegos conocidos, a los que incluso se puede haber jugado y saber jugar.

Lo fantástico de estos juegos en los que hay que colocar fichas para conseguir un objetivo, es que te exigen estar atentos (durante algún periodo de tiempo) y concentrados para saber emplear la estrategia adecuada en cada momento y descubrir la de tu oponente.

  • Laberinto Mágico. Por si no lo conocéis os lo recomiendo (en mi casa jugamos bastante y la pequeña está encantada). El objetivo del juego es conseguir elementos mágicos moviendo cada uno su peón, pero debajo del tablero hay un laberinto de obstáculos, creado al inicio de la partida, que se debe memorizar para evitar chocar y volver a la casilla de salida.

Es un juego en el que la memoria visual para recordar el laberinto y la atención para estar atentos de fallos de compañeros es clave para ser el primero en conseguir cinco elementos mágicos. Si queréis conocer más sobre el juego, aquí tenéis un enlace.

  • Memory. Juego de parejas, en el que se colocan boca abajo para no ver la imagen y en cada turno se levantan dos, buscando la pareja, y se vuelven a colocar sin que se vea la imagen.

Hay que estar muy atentos a la posición e imagen, además de recordar cuáles son, para ser el primero en conseguir las parejas de las fichas que se han volteado.

  • Fantasma Blitz. Es un juego de agilidad visual, pero en el que la atención juega un papel muy importante, ya que hay que estar muy atentos a los objetos de la mesa (fantasma, botella, ratón, libro y sillón)  y a las imágenes de las cartas, que coinciden o no con los objetos.

En este juego el objetivo es coger el objeto correcto en función de la carta volteada, para ello hay que fijarse en las figuras y color, viendo y cogiendo el que es idéntico o bien aquellos que comparten color o no aparece nada igual en la carta (ni color ni figura). Podéis conocer más sobre cómo se juega en este enlace.

 

Estos son algunos de los juegos, recursos, fichas o actividades con los que trabajar la atención con  niños más pequeños. Como he indicado en diferentes momentos:

 

Adaptarse a sus características y edad es clave. En todos ellos contamos con diferentes exigencias y niveles de dificultad, que iremos trabajando a medida que se avance.

 

¿Os animáis a jugar con la atención?

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