ESTUDIANDO EN VERANO
¡¡Ufff, qué pereza!!
Seguro que muchos es lo primero que habéis pensado al leer el título de este artículo, pero probablemente algunos de vosotros hayáis pasado por esa experiencia. Sí, muchos nos hemos tenido presentar en algún curso y momento de nuestra vida a un examen en septiembre (reconozco que el que tengo más grabado, por todo lo que supuso, fue en segundo de carrera).
Es cierto que estudiar en verano no es «plato de buen gusto», sobre todo para los adolescentes que piensan cosas como: «me han fastidiado las vacaciones», «ya no me van a dejar salir», «no voy a poder ir a las fiestas del pueblo»… En fin, multitud de ideas que pasan por sus cabezas.
Lo cierto es que, estudiar en esta época cambia algunos aspectos con respecto a que el verano sean plenamente vacaciones, “sin estudiar ni tocar un libro”, como a ellos les gusta decir.
Sin embargo, muchos estudiantes están rodeados de libros y apuntes durante estos dos meses, pero esto no significa que desaparezca su tiempo de ocio (totalmente necesario para todas las personas y en épocas de estudio también).
Si los estudiantes quieren disfrutar del verano, aunque tengan que dedicar parte del día a estudiar, es aconsejable seguir una serie de pautas:
- Levantarse pronto. Sí, madrugar un poquito. No se trata de estar en pie a las seis de la mañana, pero sí sobre las nueve. ¿Por qué?
Porque estaremos más “frescos”, aprovecharemos la mañana y el día, y son horas en las que el calor no es excesivo, permitiendo así estar más receptivos para el aprendizaje.
- Elaborar un plan de estudio. Un horario, delimitando tiempo de estudio y descansos (totalmente necesarios).
Planificar tiempos de estudio, adaptados a las características de los estudiantes, es la clave para que el rendimiento sea adecuado. Es aconsejable aprovechar la mañana para el estudio, dedicar más tiempo en este periodo y dejar más libre la tarde.
- Organizar apuntes y temario. Es importante conocer qué es lo que se tiene que estudiar y de qué contenidos se va a evaluar (en ocasiones los profesores dan un listado con los temas, puntos o contenidos evaluables, delimitando así el temario).
Esto es lo primero que se debe realizar, antes de ponerse a estudiar, hacer ejercicios, resúmenes o esquemas. Tener todo organizado y ver que no falta material ni contenidos a estudiar.
- Planificar qué estudiar. Delimitar los contenidos a trabajar durante las semanas, teniendo en cuenta aquellos en los que se tengan mayor o menor conocimiento y dominio.
Ir marcando fechas en el calendario para terminar puntos o temas, de manera que se llegue desahogadamente a la semana previa de las evaluaciones, dejando esta a repasar.
- Elaborar esquemas y resúmenes. Son una estrategia de aprendizaje muy útil para destacar la información clave cuando los contenidos son abundantes, además de ser un buen recurso para la comprensión, memorización y repaso.
A muchos estudiantes les cuesta hacer esquemas y resúmenes, porque consideran que «pierden el tiempo», que no les sirven… En ocasiones, están mal hechos, porque son un copia-pega de frases sueltas del libro, sin sentido y dejan de comprender lo plasmado. Por ello, aprender a hacer bien esquemas y resúmenes (que pueden ser de diversos tipos), además de hacerlos, son un punto importante en el aprendizaje.
- Establecer días de repaso. Los contenidos avanzan y es necesario repasar lo ya estudiado, ya que pasan muchos días o semanas desde que se comienza a estudiar hasta el día de la recuperación.
Siempre me gusta decir a los chicos que planifiquen un día a la semana en el que se repasen todos los contenidos estudiados hasta el momento. Cada semana el tiempo de repaso y contenidos aumentará, pero los contenidos que se van estudiando serán “refrescados” continuamente.
- Decidir si se requiere de un apoyo. En ocasiones, el verano es más complicado para resolver dudas (al no tener a los profesores) y comprender determinados contenidos.
Así que, poder contar con un profesor de apoyo o asistir a una academia es algo que las familias y los propios estudiantes deben valorar.
- Ser optimistas y confiar. Es importante ser positivos, ver las posibilidades de alcanzar el objetivo propuesto.
Hay que evitar ser negativo y emplear expresiones del tipo “no voy a sacarlo”, “soy un desastre”, “no voy a poder”, ya que condicionarán la actitud y comportamiento hacia el estudio.
Estas pautas están enfocadas para organizar de manera adecuada el tiempo de estudio y mejorar el rendimiento de los estudiantes. Como ya he mencionado, estudiar por las mañanas es más favorable, permitiendo así disfrutar de las tardes con actividades de ocio, pudiendo asistir a la piscina o quedar con amigos.
Organizando bien el estudio, será más fácil aprovechar y disfrutar del tiempo de ocio, tan necesario para todos.