La diana de autoconocimiento es un recurso que empleo en intervención con menores, adolescentes, familias y en formaciones. Esta diana de autoconocimiento me permite conocer un poquito más a las personas con las que trabajo, pero también me permite saber qué percepción tienen de ellas mismas.

A veces su percepción dista de la realidad, de lo que expresan y manifiestan en sus comportamientos, así como de la percepción que tienen las personas de su alrededor.

Sin embargo, con esta diana de autoconocimiento podemos analizar, valorar y reflexionar sobre lo representado en ella. Y esta parte es lo que la hace tan «especial» e interesantes de usar.

Os explico un poquito cómo la empleo y qué pasos seguimos durante su uso.

En primer lugar, me planteo qué objetivo tengo con ella. No siempre la uso en las primeras sesiones, a veces la empleo a raíz de algún comentario, experiencia o situación vivida. Sin embargo, su uso tiene el objetivo de reflexionar sobre nosotras mismas y conocernos un poquito mejor.

En segundo lugar, entrego la diana de autoconocimiento en blanco, nunca escribo adjetivos, características, etc. Dejo que cada menor y adolescente escriba las palabras que les representan. 

Cada persona tiene sus propias percepciones, se define con unos u otros adjetivos, características, etc. Por ello, cada diana es única y con palabras diferentes.

En mi caso, me gusta escribir y colorear mi diana de manera individual y posteriormente hacer la reflexión conjunta. Según las edades puedo emplear sus mismas palabras o emplear otras. Con adolescentes suelo emplear palabras diferentes, aunque algunas coinciden. Con menores más peques (8-12 años), empleamos las mismas para que sea más sencillo. Además, hay momentos en que necesitan guía porque no saben decir la palabra, pero la enfocan a situaciones o conductas.

Hacerlo conjuntamente permite que la situación sea más tranquila, distendida y sin sentirse foco de análisis. Y es que la reflexión posterior (como veremos más abajo) es conjunta y permite relajar las explicaciones, sin sentirse señalada o juzgada.

Una vez escritas las palabras en la diana, va el tercer paso, colorear. Las dianas van de 0 a 5. 0 es nada, mientras que 5 es el máximo. Cada persona colorea esa característica indicada en el valor que lo considera.

A continuación podéis ver algunas imágenes de dianas de autoconocimiento realizadas con menores de diferentes edades.

Una vez coloreadas todas las características pasamos al último paso, la reflexión conjunta sobre lo recogido. Para mí, este es el mejor paso, el más enriquecedor y gratificante.

La parte en la que se explica porqué en «simpatía» se ha coloreado hasta 4, en «responsable» hasta 2, «segura» un 1, o «trabajadora» hasta 5, es la más enriquecedora, tanto para la persona como para mí. Y es que me permite dialogar, conocer sus percepciones e interpretaciones.

Os recomiendo realizar la diana de autoconocimiento porque es un recurso atractivo y dinámico, pero, sobre todo, muy enriquecedor y gratificante. Además, el análisis y la reflexión posterior es muy interesante, además permite seguir reflexionando y analizando otras situaciones. Incluso, algunas ideas y percepciones se vuelven a analizar y se buscan opciones y alternativas para continuar, mejorar o modificar.

Las personas no estamos acostumbradas a analizar cómo somos, a reflexionar sobre qué adjetivos empleamos para describirnos o destacan más, y porqué. Por ello, es importante hacer reflexionar a menores y adolescentes cómo se ven, cómo se relacionan esas características con sus expresiones y conductas. Pero también cómo se pueden gestionar situaciones y conductas.

Importante que la dinamización de la reflexión no vire a juzgar lo que se recoge en la diana. Esto es importante tenerlo en cuenta, de ahí que tengamos presente que en esas dianas puede salir información delicada, que debe ser tratada con cuidado.

Recordad que en el blog tenéis más recursos para trabajar autoestima, autoconocimiento, expresión emocional, con peques, adolescentes y familias.  Antes de utilizar este tipo de recursos tened en cuenta qué menor o grupo tenéis delante, con qué objetivo la vais a emplear y qué contenidos tenéis pensado trabajar.