PAUTAS PARA TRABAJAR LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL AULA
La pasada semana el artículo del blog se titulaba Educación emocional en las aulas, en el que daba mi opinión al respecto de este tema, así como la importancia y beneficio que tiene trabajar las emociones y lo que engloban en las aulas, tanto para los alumnos como para los docentes.
Pues bien, en relación a lo allí relatado, en este artículo me gustaría ir un poco más allá y dar una visión más práctica del tema. ¿Cómo? Ofreciendo pautas y actividades a desarrollar en las aulas con los alumnos, y por supuesto con los docentes.
Así que, nos vamos a meter en materia para ir desgranando poco a poco el tema de hoy.
¿Por dónde empezar?
Creo que aquí estaréis de acuerdo conmigo que en primer lugar hay que comenzar a trabajar con los docentes, no se puede trabajar educación emocional con los alumnos si los profesores no tienen una serie de conocimientos y recursos con los que poder trabajar.
Para ello, se pueden llevar a cabo varias acciones, algunas dependen del interés de los docentes y centros escolares, mientras que otras son de nivel más administrativo (pero vamos a reivindicarlo). Se puede plantear lo siguiente:
- Proponer una formación a los docentes del centro escolar con una persona especializada en el tema, que les ayude a aclarar ideas, resolver dudas, así como darles pautas para trabajar en las aulas. Esto puede ser promovido por el equipo directivo, así como por los profesores del centro.
- Asistir a la formación específica para el profesorado sobre temas relacionados, desde las acciones formativas que están dirigidas a ellos. Estas vienen dadas por las consejerías de educación correspondientes de las Comunidades Autónomas.
- Formación en las universidades a estudiantes de los diferentes Grados de Magisterio. Introducir asignaturas optativas o cursos formativos en los que se atienda sobre el tema, como hacen algunos docentes voluntariamente en varias universidades del país, es el caso de Rafael Guerrero en la Universidad Complutense de Madrid.
- Introducir una asignatura de Educación emocional en el Master de Formación del profesorado. Viendo su plan de estudios, este tema y otros de interés siguen quedando fuera del temario.
Una vez planteado el primer paso, ahora es momento de seguir con el aula y con los alumnos.
¿Qué actividades pueden llevarse a cabo en el aula?
En el aula se pueden realizar una gran número de actividades, adaptándolas a las edades y necesidades de los alumnos de los diferentes grupos de los cursos escolares. Algunas serían:
- La Asamblea. Ya lo mencioné en el artículo de la semana pasada, soy una gran defensora de esta actividad, me parece un momento de conocimiento de grupo, de compartir y expresar vivencias que permite a los estudiantes y profesor conocerse mejor. Ahora bien, en la asamblea es importante que el docente también se exprese y diga lo que ha hecho o como se siente.
Llevarla a cabo en las aulas de primaria es posible, dedicar el inicio de la mañana a compartir entre todos lo vivido el día previo, cómo se sienten ante el examen que vayan a tener, si les preocupa algo, etc. Permite que los alumnos y el profesor se conozcan mejor, se puedan ayudar y se genere un clima de confianza entre todos.
- Identificación y reconocimiento de emociones. No podemos llevar a cabo actividades relacionadas con las emociones si los alumnos no las conocen y no son capaces de identificarlas en ellos mismos.
Con los más pequeños se comenzará con las emociones básicas (alegría, tristeza, enfado, miedo, asco, calma) y a medida que se avanzan los cursos se van introduciendo nuevos conceptos y tipos de emociones, como por ejemplo envidia, vergüenza, desilusión, etc.
- Relajación. Cada vez hay más docentes que llevan a cabo actividades de relajación en sus aulas, sobre todo a la vuelta del recreo. Se pueden hacer múltiples actividades de relajación:
- Caricias entre compañeros con plumas o pincel.
- Masajes sentados en círculo siguiendo las indicaciones dadas por el profesor.
- El muñeco de plastilina. Este les encanta a los niños, sentirse un trozo de plastilina y poco se le va masajeando las piernas, brazos, cabeza, dándole forma de niño.
- Relajación muscular. Con los más mayores enseñarles a tensar y relajar los músculos de diferentes partes del cuerpo.
- Respiración, siguiendo los pasos de inspiración-expiración controlados.
- Imaginación. Siempre hay lugares, objetos o escenas que a todos nos relajan, emplearlas para ayudar a los niños a relajarse en el aula, explicándoles tranquilamente lo que se ve, lo que tocan, lo que sienten… Es una actividad muy gratificante.
- Música tranquila. Si todo esto lo acompañamos con música mejor que mejor. La música forma parte de nuestras vidas, si sabemos emplearla y aplicarla de manera adecuada en los diferentes momentos podremos ayudar a nuestros alumnos a concentrarse y relajarse.
- Juegos de emociones. Hay muchos juegos que se pueden realizar con los niños para identificar emociones, conocerlas y explorar más de ellas. Por ejemplo:
- Dominós en los que a medida que avancen los cursos pasemos de simples caras con expresiones a fichas en las que en una haya una emoción escrita y en otra una situación, buscando así las fichas que deben ir emparejadas.
- Representaciones. Lo reconozco, me encanta trabajar con los chicos del taller de control emocional las representaciones. En ellas ves cómo actúan en diferentes momentos, cómo consideran que se manifiesta una emoción y cómo la expresan diferentes personajes, ya que el enfado de un padre o madre no es el mismo que el de ellos. Dejarles que griten, que se salgan de su papel de niños, es maravilloso. A raíz de aquí generar un debate sobre lo representado, lo que se ha hecho bien o se debería mejorar, sobre lo vivido físicamente, etc.
- Debates sobre situaciones. En las aulas y en los patios siempre hay y habrá conflictos por diversos motivos, es algo normal y forma parte de la vida. Trabajarlo en el aula todos juntos, analizar lo sucedido, ver los pasos que se pueden seguir, así como las posibles respuestas, es un punto importante de razonamiento y análisis para los alumnos.
Como veis, podemos llevar a cabo muchas actividades en el aula con los menores para trabajar la educación emocional, no se trata de planificar exactamente una hora o un día, aunque alguna de ellas pueda formar parte de las rutinas diarias, pero hay que dejar que fluyan, que vayan surgiendo según las necesidades del grupo y los momentos vividos.
Antes de finalizar, destacar que si queremos una educación emocional completa no podemos olvidarnos de los padres. Ellos forman parte del desarrollo de sus hijos, por lo tanto ofrecerles una serie de recursos y herramientas para que también puedan trabajar las emociones, será fundamental. Podéis leer algunas pautas en este artículo que escribí hace unas semanas.
Recordar que todo lo que se trabaje en el aula con los alumnos será un beneficio para su presente y para su futuro académico, personal y social.