Adolescencia

PONER LÍMITES EN LA ADOLESCENCIA

Poner límites en la adolescencia es un tema que preocupa a las familias. Sin embargo, los límites no deben aparecer en esta etapa. Los límites se deben ir estableciendo desde la infancia.

 

Y es que los límites son necesarios, favorecen aprendizajes y contribuyen al desarrollo personal y social de las personas.

 

Las personas vivimos en sociedad. Y por tanto, vivimos con límites y normas en los diferentes contextos en los que nos movemos.

 

Pero, cuando hablamos de límites, ¿a qué nos referimos? El concepto límite es una palabra polisémica, y es que tiene muchos significados según el contexto en el que se emplea. Sin embargo, el origen de la palabra límite viene del latín «limes» que significa borde. Así que, su origen ya nos indica a qué hace referencia.

 

Cuando hablamos de poner límites, independientemente de la edad, hacemos referencia a poner normas, «bordes» o restricciones a la hora de desarrollar algunas conductas, reacciones o limitaciones en tiempo, lugar, etc.

 

Poner límites en la adolescencia ayuda a gestionar conductas acorde a las características y necesidades, a aprender normas en diferentes contextos, a saber desenvolverse  y regularse emocionalmente.

 

A la hora de poner límites en la adolescencia nos encontramos con ciertas diferencias con respecto a la infancia. Y es que, la persona adolescente tiene un nivel de razonamiento mayor, y por tanto va a exigir más explicación, negociación y búsqueda de acuerdos.

 

Estos procesos son normales, porque su desarrollo cerebral aumenta y esto forma parte de ese proceso. Pero, también va a querer «romper» los límites, arriesgarse, saltarse esos acuerdos, porque su falta de control conduce a ello.

 

Así que, viendo estos aspectos… ¿Cómo se pueden poner límites en la adolescencia?

  • CONOCE LAS CARACTERÍSTICAS Y NECESIDADES DE TU ADOLESCENTE.

Saber sobre el desarrollo evolutivo de la etapa adolescente es fundamental para comprender las demandas presentadas. No solo eso, es básico conocer las características y necesidades propias de cada adolescente. Esto nos permitirá establecer los límites acordes a esas demandas.

  • ESCUCHA SUS PROPUESTAS Y PLANTEAMIENTOS.

Hacerle sentir partícipe y responsable de las decisiones tomadas y límites establecidos. Es importante conocer sus opiniones, puntos de vista y planteamientos. Como he mencionado en líneas anteriores, el razonamiento es mayor y en este punto se ve perfectamente.

  • NEGOCIA EN ALGUNOS PUNTOS.

Las imposiciones en esta etapa llevan, en ocasiones, a conflictos. Y, a veces, se pueden evitar esos enfrentamientos sentándonos con cada menor, hablando, escuchando y estableciendo puntos en común. Resumiendo, hay que ir equilibrando en algunos temas (evidentemente, no en todos).

  • ESTABLECE Y CONSENSUA CONSECUENCIAS.

Si establecemos límites, te aconsejo establecer consecuencias cuando se incumplen. Esto ayuda a regularse, a controlar sus conductas y a aprender cómo desenvolverse. Si se acuerdan consecuencias, cuando el límite se pasa o se rompe, ya sabemos qué va a suceder, tanto la persona adolescente como papá o mamá.

  • SÉ FIRME EN TUS DECISIONES, PERO FLEXIBILIZA CUANDO VEAS QUE ES NECESARIO.

Cambiar continuamente sin mantener una firmeza, no ayuda. Y no ayuda a la persona adolescente ni a la mamá o al papá. Si se han establecido y consensuado límites y consecuencias, se deben mantener. Pero, también, hay que tener en mente la flexibilidad porque puede haber cambios en diferentes momentos o según necesidades.

 

Sin embargo, y a lo que quiero llegar, es que no se puede estar cambiando diariamente de límite y consecuencia, porque pierde toda efectividad y su función.

 

Sé que este tema es complicado y que requiere de tiempo, de sentarse a hablar, acordar y trabajar previamente como padre o madre a la hora de afrontarlo con su adolescente.

 

Sin embargo, poner límites en la adolescencia es importante. Las personas adolescentes necesitan un timón y una brújula, que les vaya guiando y acompañando en diferentes momentos.

 

Hay muchos manuales y profesionales que hablan de adolescencia, de límites y otros temas. Por ejemplo, te aconsejo seguir a Sara Desirée Ruiz y leer sus libros, «El día que mi hija me llamó zorra» y «Te necesita aunque no lo parezca». El libro de Carmen Esteban, ¡Bienvenida adolesc(i)encia!» es un manual maravilloso, claro, sencillo y fácil de leer y entender. Y para conocer el cerebro adolescente, os recomiendo seguir, leer y escuchar a David Bueno.

 

Por último, recordad que si necesitáis asesoramiento sobre cómo ayudar, entender y acompañar a tu adolescente, buscad ayuda profesional especializada.

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Comentarios (2)

  1. Mónica Madresfera

    16 Abr 2023 - 5:37 am

    Buenísimo, a la Weekly me lo llevo!! Gracias, María Jesús!

  2. Taisa | Las aventuras de Taisa

    18 Abr 2023 - 11:32 pm

    Muy bueno, interesante a tener en cuenta. Cada vez más cerca de esa etapa…

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