RECURSOS BÁSICOS PARA EL ESTUDIO
Recursos básicos para el estudio es algo que, en muchas ocasiones, me solicitan estudiantes y familias. Evidentemente, cada estudiante busca aquellos recursos y materiales que más útiles le resultan. Sin embargo, hay momentos en los que estudiantes y familias están un poco perdidas en el tema.
Muchas madres y padres tratan de orientar y ayudar a sus hijas e hijos en el estudio. Todo con buena intención. Pero hay ocasiones en las que los consejos no son los mejores, ni los más adecuados para el aprendizaje y estudio. Por ello, recibir sesiones orientación en el estudio, con una planificación y propuesta adaptada a las necesidades es básica para ayudar y favorecer el rendimiento, así como el aprendizaje.
Ahora bien, sin irme por las ramas, los recursos básicos que cualquier estudiante debe conocer, adaptar y seleccionar según sus necesidades, se pueden dividir en tres bloques.
BLOQUE 1: ORGANIZACIÓN
La organización es la base y el punto de partida para el estudio. Aunque a veces (incluso en un alto porcentaje) no se dé la importancia que tiene, el valor, ni se dedica tiempo a ella.
Cuando hablo de organización, hago mención al uso de recursos como la agenda, un horario en el que distribuir los tiempos de estudio y descanso, extraescolares y ocio; calendario en el que presentar fechas de exámenes o entrega de trabajos; y planificadores (aquí os dejo un ejemplo) en los que mostrar cada día qué se tiene que hacer.
Si queréis conocer más sobre estos recursos, en el artículo Cinco recursos para organizar el estudio os cuento más sobre ellos. Para ampliar este bloque, a la hora de distribuir los tiempos, se puede emplear la técnica pomodoro. Con esta técnica delimitamos tiempo de estudio con contenido específico y descanso.
Cuando hago intervención con menores y trabajamos técnicas de estudio, este bloque es uno de los primeros a tratar. Y siempre les digo, «cada día dedica 5 o 10 minutos para organizar tu tarde, las tareas, el orden y qué estudiar». Estos minutos son claves para el rendimiento durante el tiempo de trabajo.
BLOQUE 2: ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE
Leer, leer y releer… Esta es una estrategia que emplean un gran número de estudiantes. Y sí, es un error. Leer el contenido es fundamental, pero esa lectura debe ir acompañada de más, no leer por leer.
A la hora de estudiar, memorizar y comprender, hay que conocer diferentes estrategias. Siempre planteo esto a mis menores: «¿Cómo podemos estudiar y repasar Matemáticas? ¿Y la asignatura de Historia?». Como os podéis imaginar las respuestas que recibo son dispares. Algunas van desde el planteamiento de que Matemáticas se repasa haciendo ejercicios, mientras que Historia copiando el texto, resúmenes, leyendo muchas veces hasta que se aprende…
Las demandas de cada asignatura son diferentes, por ello conocer diferentes estrategias para afrontar cada contenido es fundamental.
Entre las estrategias nos encontramos con resúmenes, esquemas y mapas conceptuales de diferentes tipo, representaciones gráficas o formularios (listado de fórmulas diversas). No es indicar únicamente la estrategia a seguir, es explicar cómo desarrollarla y ponerla en práctica junto con el menor y con contenidos que él tiene que estudiar.
Evidentemente, cada estudiante debe emplear aquellas con las que se encuentre más cómodo, pero es importante presentarle un «bufet» de todas las existentes, que conozca, pruebe y decida. A veces podemos cambiar según nuestro estado atencional, demandas del contenido, etc. La clave es conocer qué estrategias existen y emplearlas según las necesidades.
Vinculado con las estrategias de aprendizaje nos encontramos con estrategias nemotécnicas, que son estrategias o reglas que nos ayudan a memorizar contenidos.
BLOQUE 3: ESTADO EMOCIONAL
Este bloque queda, en muchas ocasiones, apartado completamente del estudio. Y siento decir que tiene un gran valor y es básico. Si un estudiante no se encuentra bien, su rendimiento no será bueno.
Cuando hablo de «no se encuentra bien» me refiero a estudiantes cansados, frustrados, tristes, agobiados, con autopercepción negativa, etc. Estados y percepciones que no ayudarán a la concentración y que no permitirán un rendimiento óptimo.
Por ello, el estado emocional es fundamental en el estudio, conocer cómo se encuentran, qué percepciones tienen, con qué recursos cuentan, es determinante. De esta manera les podremos ofrecer pautas y recursos para la gestión emocional, pero también para la regulación de sus actuaciones.
Un alto número de estudiantes me cuentan en las sesiones la ansiedad y angustia con la que viven las tareas diarias. por el exceso, porque no se saben organizar o porque no se sienten capaces. A esto se suma frustración por los errores, no querer defraudar a la familia por notas bajas, etc. Presiones que se añaden y que no les permiten una buena gestión ni ver con claridad qué y cómo deben estudiar.
Las emociones son determinantes para el aprendizaje. Si quitamos la vista de este bloque vinculado íntimamente con el aprendizaje, estamos cometiendo un gran error.
Voy a aclarar una cosa, aquí no vale un simple «respira y te relajas». Aquí influyen muchos más aspectos, cuando el estado emocional es limitante, que deben ser atendidos y tratados por parte de profesionales.
Como podéis ver los recursos básicos para el aprendizaje los podemos dividir en tres bloques: ORGANIZACIÓN, ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE, EMOCIONES Y GESTIÓN EMOCIONAL.