Actividades para el verano… Sí, actividades diferentes, divertidas y adaptadas a gustos, intereses y necesidades de los menores.

Cuando se escucha la palabra actividades para el verano a muchos se les activa el piloto de «deberes», y no es así. En verano se pueden hacer multitud de actividades, deportivas, artísticas, lúdicas, educativas… Y todas ellas nos conducen al aprendizaje. Así que, vamos a quitarnos esa idea de cuadernillos o deberes asociados a lo escolar.

Las actividades que os propongo las podéis realizar con vuestras hijas e hijos o ellos de manera autónoma. Son actividades en las que podrán reforzar determinados contenidos, pero también habilidades y destrezas básicas para el aprendizaje.

Os voy a confesar una cosa, estas actividades se las propongo a muchas de mis familias, adaptadas a las edades y características de los menores con los que llevo a cabo la intervención.

• RECETARIO

El verano puede ser un momento en el que disfrutar de la cocina con los niños y niñas. Además, el hecho de buscar cosas fresquitas nos aleja del fuego y horno (que da miedo y respeto), lo que permite que pueden realizarlas los más peques solitos.

Con esa actividad lo que se propone es que a los peques o no tan peques, que les guste cocinar, elaboren un recetario. Este recetario se irá construyendo con aquellos platos que hagan solos o en compañía. Pero un aspecto es importante, cuando a ellos les vaya apeteciendo, es una actividad para disfrutar, no es obligatorio ni diariamente ni día sí, día no.

Plantear esta actividad para desarrollar en verano nos ayuda a trabajar contenidos y capacidades diversas. A continuación os las analizo detenidamente.

• Lectoescritura: anotar los ingredientes y redactar los pasos que se siguen. En ese momento escritura estamos trabajando ortografía, vocabulario, grafía, pero también la lectura de lo escrito. Con respecto a esto, también la parte de comprensión lectora para que haya una coherencia en lo redactado.
• Expresión escrita. Redactar los pasos requiere de expresión. Según la edad se puede elaborar una plantilla en la que se les guíe sobre lo que hay que escribir.
• Cálculo y contenidos matemáticos. En algunas recetas trabajamos con cantidades, algunas por unidades (tres limones) y en otras por masa (150 gramos).
• Identificación de alimentos y propiedades. Aspecto que se puede vincular con hábitos saludables.

A nivel de desarrollo del menor y reforzando otras áreas de aprendizaje, trabajamos aspectos como:

• Planificación. Qué voy a hacer, qué pasos se deben seguir, qué ingredientes y utensilios necesito. Este punto de planificación es clave, porque les permitirá organizar su acción, además de buscar lo que se pide en la cocina o anticipar ingredientes en la lista de la compra.
• Organización. Disponer los ingredientes que se necesitan, utensilios de cocina, el espacio que se requiere, así como de los tiempos con los que se cuenta.
• Atención durante el desarrollo de la actividad.
• Monitorización de acciones. Ir guiándose en los pasos a seguir, elementos y materiales a emplear, etc.
• Frustración. Si algo falla, gestionar el momento, e incluso enfado por el error. Cada uno debe buscar la manera de resolver la situación para seguir avanzando. Importante hacer ver que en la cocina muchas veces es ensayo y error.

Os he propuesto un recetario, evidentemente a muchos peques les encanta la cocina, pero si no es así podéis buscar alternativas. Por ejemplo, recetas de batidos, diseño de juegos o actividades que el menor quiera llevar a cabo, recogiéndolo todo en un pequeño manual de actividades. Al fin y al cabo, es trabajar diferentes contenidos y capacidades buscando temas de interés entre estas actividades para el verano.

• EL VIAJE

Algunas familias viajan a nuevos destino, a algunos conocidos, así como al pueblo. Permitir que los hijos e hijas lleven a cabo una investigación del viaje, buscando información del lugar, lugares para visitar, restaurantes, centros de ocio, etc. Recogiendo todo esto en un documento, cuadernillo o plantilla.

Con esta actividad de investigación se trabajan aspectos de interés. como:

• Geografía. Ubicar el lugar del destino.
• Cultura y costumbres. Es importante conocer sobre el sitio que se va a visitar, cuáles son los lugares más destacados para recorrer, etc.
• Gastronomía. Recetas o comidas típicas.
• Comprensión lectora. En el punto de comprender lo que se lee en la información buscada, incidiendo a su vez en la expresión oral o escrita para explicárselo a otros miembros de la familia.
• Área Matemática. Calculando distancias, rutas más cortas, posibles paradas, etc.

Además de esto, reforzamos aspectos como:

• Autoestima. Sintiéndose el menor valorado y partícipe del viaje a resolver.
• Toma de decisiones. A la hora de opinar y decidir ir a unos lugares u otros.
• Planificación. Aquí entra en juego esta función ejecutiva cuando se decide planificar el viaje estableciendo etapas, días de visitas a lugares, etc. De manera que se lleve un organigrama de actividades o visitas.

Como se puede ver es una actividad en la que los menores pueden investigar de manera autónoma, pero también conjuntamente con el adulto. Mi recomendación es, en función de su edad y características, les dejéis algunos ratitos de investigación autónoma, ellos solitos. De esta manera, les permitimos que seleccionen información, la analicen, pero también trabajamos la expresión oral hora de contarlo.

Como veis son actividades muy sencillas, que no requieren un esfuerzo continuado ni diario por parte de los niños y niñas. De esta manera se pueden alternar con otras actividades o juegos que desarrollen, pero se van reforzando y trabajando aspectos y áreas de interés.

Si queréis más ideas o recursos os dejo este artículo, Recursos, materiales más ideas para el verano, con algunas propuestas y recomendaciones.