Psicología

AFRONTAR EL ESTRÉS ACADÉMICO

Afrontar el estrés académico es uno de los puntos a tratar en muchos hogares y en centros escolares. En sesiones me encuentro con expresiones como estas…

María Jesús, esta mañana la niña se ha levantado llorando por el miedo a que le salga mal el examen de matemáticas.

María Jesús, el niño está desbordado, muy agitado y tenso cada tarde.

– Las malas contestaciones, falta de interés y desmotivación están cada día presentes en casa. Estamos un poco cansados y agobiados.

– Me da igual aprobar con más o menos nota, es un rollo todo.

– No tiene tiempo para jugar, estamos toda la tarde entre libros estudiando y con deberes.

 

Lo que más me preocupa de todo esto, es que estas expresiones no parten en su mayoría de alumnado de secundaria (donde la exigencia y presión es mayor). Muchas de estas surgen de familias de primaria.

 

Se ha llegado a un nivel de exigencia y presión en cursos cada vez más tempranos. Ante esto, hay que pararse y reflexionar por qué, cómo modificar, qué medias tomar, etc.

 

Sé que muchos pensaréis y contestaréis que la ley educativa ha planteado unos contenidos y unas evaluaciones para los diferentes cursos. Y sé que es así, pero depende de la metodología de los docentes y el programa que el centro escolar tenga, cómo se lleve a cabo.

 

Actualmente, nos encontramos con niños de 3º de primaria que tienen semanas completas de exámenes. Exámenes de las diferentes asignaturas, e incluso dos exámenes por día. Y yo me pregunto:

 

¿Realmente es necesario esa presión desde cursos tan bajos?

 

Mi respuesta es NO. Y sabéis por qué lo pienso. Porque cada vez nos encontramos con menores sin motivación en el aprendizaje en cursos de primaria. Cada vez el fracaso escolar llega antes y la falta de interés por la escuela va disminuyendo.

 

La escuela debe ser ese lugar especial al que ir con ilusión, ganas y motivación. No debe ser ese edificio al que ir con la cabeza baja. Una mochila con un peso desproporcionado (no solo por los libros). Pensando en el qué me pedirán o qué tendré que hacer cuando salga.

 

En la puerta del cole de mi hija muchos días escucho frases como: “haz todos los deberes que puedas en clase para tener más tiempo de estudiar esta tarde”; “recuerda que si no aprovechas tiempo en clase no podremos ir a futbol”; “llevas bien el examen, así que un 8 como mínimo”.

 

Este tipo de despedidas de padres y madres hacia sus hijos e hijas me cambia la cara. Dónde está la despedida de: “cariño pásatelo bien en el cole y disfruta. Te quiero”.

 

Se pasa a una presión extra desde padres y madres en los quehaceres académicos de cada menor. Y, en muchas ocasiones, no se es consciente hasta que el problema estalla.

 

Al final nos encontramos con situaciones de ansiedad, frustración, miedos, etc, por parte de menores cada vez más pequeñas. Situaciones a las que hay que hacer frente. Buscar ayuda profesional para recibir orientación y ayuda para que menores y familia sepan cómo actuar en determinados momentos.

 

Me encuentro con menores en situaciones de tensión, agobio, estrés y bloqueo porque ven ante ellos una gran montaña a la que no saben cómo hacer frente. Una montaña en la que se acumulan más piedras que superar, añadiendo poco a poco desmotivación y falta de interés.

 

¿Qué considero importante para evitar llegar a estas situaciones de estrés académico en los alumnos?

  • Dialogar con los menores. Es un punto clave tanto en las aulas como en los hogares. Hablar con ellos es fundamental, para que transmitan y expresen lo que piensan y sienten, cómo ven la situación, qué dificultades son las que están encontrando o qué ayuda es la que necesitan.
  • Trabajar la expresión emocional. Llenar la mochila de emociones desagradables, no afrontarlas ni gestionarlas o no expresarlas. Todo esto convierte el estado emocional de las estudiantes en una «bomba» que puede estallar en cualquier momento. Y se generan situaciones mucho más complicadas y con mayor dificultad de gestión.
  • Manejar técnicas de relajación. Conocer y aplicar técnicas que ayuden a relajarse, bajar el nivel de activación, ayudando además a favorecer la atención es importante. Existen una gran variedad de las mismas, que se pueden adaptar y aplicar según las edades y características de cada menor.
  • Seguir un plan de estudio adecuado. Lo he mencionado en más de un artículo de este blog, una buena planificación y distribución de los tiempos de estudio es clave. Igualmente, emplear diversas estrategias de aprendizaje que favorezcan la adquisición de los diferentes contenidos.
  • Quitar peso al número. Esto lo he hablado en muchas ocasiones con compañeras de profesión y con docentes. El número final de la nota genera mucha tensión al alumnado, es una losa jugarse todo a un examen, a una carta. Hay estudiantes que se comienzan a centrar en el número de los exámenes, perdiendo el peso del aprendizaje que se ha llevado a cabo. Es importante valorar el día a día, el trabajo de aula, participaciones, etc. Haciéndoselo saber también a los alumnos, trabajando con ellos su seguridad, tranquilidad y confianza a la hora de afrontar momentos diversos, entre ellos los exámenes.
  • Atender a la autoestima. La autoestima es clave en las personas. Por ello, confiar en sus capacidades, ver hasta donde pueden llegar y que lo pueden hacer, es un punto de empuje y motivación para las actuaciones académicas de las personas estudiantes. Per también para saber actuar en los diferentes momentos.

Estas son algunas recomendaciones para afrontar el estrés académico que pueden vivir estudiantes. La comunicación alumnado-docentes-familia es muy importante, así como con los profesionales que estén ayudando a cada menor.

 

Conoced cómo se sienten y se encuentran las personas estudiantes. Cómo afrontan las diferentes situaciones de estudio y en función de ellas actuar.

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