¿Jugamos al Ikonikus? Esta es una de las preguntas que más escucho en mis talleres con menores… Os dejo un ejemplo de conversación habitual…

-Chicos vamos a jugar a un juego de mesa. Hoy toca…

-¡¡¡Ikonikus!!!

-¿Queréis que juguemos al Ikonikus?

-Sí, por favor María Jesús, nos gusta mucho.

-Pero hay más juegos, podemos trabajar con otro juego. Hoy quería usar…

-No, no, al Ikonikus.

Como he dicho en alguna ocasión, mis menores están “enganchados” al Ikonikus diseñado por Manu Palau y de la editorial Brain Picnic. Es un juego con una mecánica sencilla, fácil de seguir y comprender. Pero despierta interés, diversión y curiosidad por lo que va a suceder.

He de decir que Ikonikus es un juego que está fantásticamente planteado. Además aporta contenido valioso como son algunas preguntas, que en ocasiones son de gran ayuda y de guía. Esto favorece sobre todo a menores, que en ocasiones se ven un poco bloqueados y no están inspirados para plantear preguntas.

Hay que destacar que posee un gran número de cartas. Así que se puede emplear en grupos más amplios. De esta manera, no nos vemos tan limitados como sucede con otros juegos.

Como es común es mis artículos en los que hablo de juegos de mesa… Voy a contar mi experiencia con Ikonikus en los talleres con los menores con los que trabajo.

Ikonikus es un juego que he empleado con grupos de edad  diferentes, desde 6-7 años hasta adolescentes. Además, con la posibilidad de adaptar su uso a las necesidades y características de cada grupo.

Por ejemplo, con grupos de niños más pequeños, en los  que se están iniciando el conocimiento e identificación de las emociones, se pueden seleccionar emociones básicas o las que trabajadas en ese momento. Así se plantean a partir de ahí situaciones, momentos o personajes que conduzcan a ellas.

A medida que son más mayores y las características del grupo cambian, se introducen más emociones. Emociones que ya son conocidas y controladas, pudiendo así proponer situaciones o experiencias más amplias.

Uno de los aspectos positivos que tiene Ikonikus es la adaptabilidad del mismo a los intereses, objetivos y grupo con el que te encuentras.

Los planteamientos y propuestas para el mismo pueden ser diversas. Por ejemplo, conocer cómo nos encontramos en una situación. Igualmente se puede valorar cómo se sienten durante el desarrollo de una actividad soltando una carta, así como la valoración final a un encuentro formativo. Esto último puede ser de gran ayuda para próximas sesiones.

Reconozco, en ocasiones, me he sorprendido con las impresiones, valoraciones y relaciones que menores han hecho entre la carta, una emoción y la situación.

A los adultos nos puede parecer muy obvio lo planteado o no ver ni comprender la relación establecida. Sin embargo, cuando lo explican conocer que el recorrido que ellos han establecido es fantástico. Aquí se puede ver todo lo que una simple carta puede desencadenar en cada persona.

Continuando con el juego de mesa y su uso… ¿Qué aspectos podemos trabajar con Ikonikus?

• Identificación de emociones. Es la base del juego, identificar cómo nos sentimos ante una situación o acontecimiento determinado.
• Deducción. Sí, a partir de una situación deducir qué imagen es la que mejor lo representa.
• Gestión emocional. A partir de la presentación de las cartas, de las impresiones y relaciones establecidas, analizar cómo gestionar el momento planteado, estrategias, alternativas, etc.
• Expresión oral. Hay que hablar y comentar lo que cada persona plantea. A mí esta parte me encanta. Una vez seleccionada una carta, me gusta que cada persona explique por qué ha elegido la que ha sacado, qué relación ha establecido.
• Razonamiento. Pensar, razonar motivos, el por qué y decidir para seguir con la mecánica del juego.

Es un juego que nos ofrece diversas posibilidades. Y es que se puede adaptar a los objetivos, necesidades e intereses del grupo ante el que nos encontramos.

¿Estáis preparados para usar Ikonikus con menores y conocer más sobre las emociones con ellos?