Tomar decisiones para mejorar el estudio es un punto a tener en cuenta cuando arrancamos nuevo trimestre. El otro día por redes sociales preguntaba temas para compartir y escribir en el blog. Y uno de ellos era cómo actuar ante notas negativas.

Evidentemente, la percepción de notas negativas depende de las personas y de lo esperado por parte de cada estudiante y familia. Sin embargo, creo que hay un punto a tener en cuenta cuando se habla de las notas, y debe ser un pilar antes de tomar decisiones…

Analizar y reflexionar conjuntamente con cada menor los resultados obtenidos. Alejarse de los ataques, la falta de escucha y no darles voz.

Es importante analizar qué ha sucedido, por qué y cómo se podría mejorar. Pero es importante tener en cuenta diferentes aspectos, como por ejemplo dificultades de aprendizaje, hábitos de estudio, motivación, actividades extraescolares, organización, etc. Y por supuesto, no podemos obviar la edad, nivel madurativo y curso académico, importantes también a valorar en esas reflexiones.

El punto de partida será analizar la situación y todo lo acontecido a nivel de estudio. Por ejemplo, dónde se ha fallado, por qué, qué dificultades se han observado, cómo se pueden mejorar, qué implicación y compromiso se tiene, etc. Y a partir de ahí tomar decisiones acorde a esas necesidades. Decisiones para mejorar el estudio.

Las decisiones que se van a tomar van a ir encaminadas a las necesidades, evidentemente. Sin embargo, hay varios aspectos importantes y básicos a tener en cuenta en torno a ellas.

• El hábito de estudio. Empezar el trimestre o el curso con una rutina de estudio es clave. A veces resulta complicado, pero la constancia es fundamental, seguir un horario, planificar qué se tiene que hacer, emplear materiales que ayuden…

Sobre este aspecto contáis con artículos sobre temas diversos implicados en el estudio, en la categoría Técnicas de estudio. Incluso con infografías diversas, una de ellas recoge el Decálogo del estudiante que elaboré hace un tiempo.

A la hora de establecer esa rutina de estudio hay que tener en cuenta varios puntos. Por ejemplo, la edad de cada menor, sus horarios y volumen de extraescolares, exigencia académica que tiene, tiempo de ocio… Hay que saber que no pueden estar estudiando durante horas seguidas en la habitación. De ahí la importancia de delimitar tiempos y tareas a realizar. Así favorecemos la atención, el rendimiento y descansos, que son fundamentales.

• Dificultades de aprendizaje. Durante el curos hay docentes y familias que detectan algunas dificultades en los estudiantes. Es importante hablar sobre ello y valorar la posibilidad de que se realice una valoración para descartar o confirmar alguna dificultad de aprendizaje o trastorno.

Esto es fundamental, ya que repercute en el aprendizaje del menor. Hay que valorar las dificultades, trabajar sobre ellas y realizar una intervención adaptada. Gracias a esto, el rendimiento en el estudio mejorará.

Con respeto a esto, es fundamental contar con la ayuda de profesionales especializados en dificultades de aprendizaje. De manera que lleven a cabo una intervención adaptada a las características y necesidades de cada menor. Así como elaborar y diseñar materiales adecuados, enseñar estrategias de aprendizaje y dotar de herramientas de estudio diversas.

• Ayuda en determinadas asignaturas. No es lo mismo presentar una dificultad de aprendizaje o trastorno, que tener dificultades con una asignatura. Esto es algo que siempre explico a las familias cuando nos reunimos. La intervención en dificultades de aprendizaje requiere de conocimientos sobre ello. Además, de especialistas en el tema que adapten las sesiones a las necesidades.

Los profes particulares o de apoyo en una asignatura (o varias) van a explicar sobre esa materia, no tienen porqué conocer cómo trabajar con un menor con dislexia, por ejemplo. De ahí la importancia de saber qué es lo que falla. Por ejemplo si necesita ayuda para inglés, matemáticas o física, o hay una dificultad que repercute en más áreas.

• Estrategias mnemotécnicas y de aprendizaje. Hay que orientar y guiar en el uso de diferentes estrategias mnemotécnicas para el estudio. Igualmente, hay que guiar en el uso de un método activo de estudio, que favorezca la atención, el aprendizaje y rendimiento óptimo.

Esta es otra de las dificultades que se observa en estudiantes. No cuentan con estrategias adecuadas para estudiar y esto repercute en el aprendizaje, tiempo invertido… Por ello, se aconseja tener  en cuenta esto a la hora de tomar decisiones para mejorar el estudio y valorar junto con el menor qué estrategias emplea y cómo se pueden mejorar o cambiar.

Mi recomendación general en torno a toda esta información es la siguiente…

Analizad y valorad con calma todos los puntos. Evitad ataques o enfados durante esa conversación. No tratéis de imponer el «porque sí» o «porque lo digo yo», dad motivos para que lo entiendan. El objetivo es llegar a un camino común, un camino en el que ayudar y poder atender aquellas necesidades que se presentan. 

Por último, recodad que hay profesionales que estamos especializados en el ámbito del aprendizaje y el estudio. Así que, si necesitáis orientación o buscáis ayuda para vuestros hijos e hijas, no dudéis en contactar.