DELIMITAR EL TIEMPO DE ESTUDIO
Delimitar el tiempo de estudio es un punto clave a trabajar con estudiantes (independientemente de la etapa académica). Y es que delimitar cuándo estudiar y durante cuánto tiempo, es un fundamental para su rendimiento, aprendizaje y autonomía. Os adelanto que…
Estar horas seguidas estudiando no es sinónimo de buen rendimiento y buenas notas. Hay muchos factores que influyen, y el tiempo y cómo se maneje es uno de ellos.
Evidentemente, a la hora de delimitar el tiempo de estudio se tienen en cuenta una serie de aspectos:
- CARACTERÍSTICAS Y NECESIDADES DE CADA ESTUDIANTE. No es lo mismo una persona adolescente que una de primaria, si hay o no dificultades de aprendizaje, la situación personal y estado emocional (por ejemplo, el estrés académico), etc.
Cada persona es única. Por lo tanto, sus necesidades y características guían en su planificación y organización del estudio. Así que tener presente una serie de recursos básicos es clave.
Conocer esas características ayudará a establecer un plan de estudio personalizado y adaptado.
- HORARIOS ESCOLARES. Aquí entran en juego la hora de salida del centro escolar. Y os puedo asegurar que hay diferencia entre salir del colegio a las dos de la tarde, que a las cuatro o las cinco. Evidentemente, las horas de las que se dispone durante la tarde varía, lo que influye en la organización de ellas.
Porque esa hora nos guía y ayuda a delimitar el tiempo de estudio, y contar con más o menos tiempo (según otras actividades). La clave en estos casos es cuadrar las actividades de manera que no sobrecarguen, pero también contando con los niveles de cansancio a lo largo de la tarde.
El rendimiento de las personas varía a lo largo del día, de ahí que se tengan en cuenta momentos de cansancio y niveles bajo de atención.
- ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES. Sobre estas ya he hablado en otros artículos de este blog. Mi consejo es que no se sobrecargue de actividades a menores, ya que tiene consecuencias en otras áreas (estudio, cansancio, ocio, desarrollo personal, etc).
Realizar actividades está genial, pero siempre dentro de unos límites y teniendo en cuenta características de cada menor, el resto de tareas y responsabilidades.
Hay que saber priorizar y seleccionar las actividades de manera que se respete el tiempo de estudio de cada estudiante.
- ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE. El uso de estrategias de aprendizaje y materiales diversos influye a la hora de delimitar el tiempo de estudio. Llevar a cabo esquemas, resúmenes, cronogramas, etc, lleva un tiempo que se debe tener en cuenta, pero que a su vez repercute positivamente en el aprendizaje.
Defiendo un método de estudio activo, en el que haya participación, dinamismo y actuación sobre los contenidos por parte del estudiante. Si queréis conocer ese método, os dejo la infografía que elaboré sobre el mismo.
Teniendo en cuenta estos aspectos, se puede ayudar a delimitar el tiempo de estudio. Tiempo en el que deben existir descansos, punto que en muchas ocasiones se olvida. Y os aseguro que el descanso y su valor es una de mis primeras explicaciones con menores a la hora de orientar en la planificación de su estudio.
Por desgracia, muchas personas tienen muy «metida» la idea de que un buen rendimiento es estar horas y horas estudiando. Y como os he dicho, no es así. La clave sigue la siguiente secuencia…
1. Delimitar el tiempo de estudio y qué se va a estudiar en esos minutos. Algo concreto y adaptado a un tiempo y características de la persona (evitando estrés y malestar). Gracias a ello ayudamos a la atención. Y también a la confianza cuando se consigue.
Ese tiempo puede seguir la secuencia de la Técnica pomodoro, o bien los minutos que se consideren adecuados según las características de la persona.
2. Establecer pequeños descansos. Descansos que son recompensas al estudio y generan bienestar. Además, se rompe el foco de atención en el contenido, por lo que a la vuelta se retoma de manera favorable.
Siempre recomiendo que en esos descansos se abandone el lugar de estudio, y se aproveche para ir al baño, beber y comer algo. Y por supuesto, recomiendo a las familias que los descansos no sean momentos de interrogatorio sobre cómo va el estudio, qué se sabe… Porque entonces no es descanso, se sigue rumiando sobre el contenido.
3. Contar con tiempo de ocio tras el estudio. Disponer de tiempo para la persona, para hacer algo que le guste, para una misma es una de las mejores recompensas. Y eso se consigue con planificación y organización en el estudio.
Antes de terminar, no me he olvidado de un punto importante en el estudio… LOS DISTRACTORES. Sé que es uno de los aspectos que preocupan en muchos hogares, e incluso a estudiantes, porque les resulta complicada su gestión y control. Pero de este tema, que requiere de un apartado especial, hablaré en otro artículo.
Si queréis un material que ayude y guíe a estudiantes sobre el estudio y su responsabilidad como estudiantes, os dejo el Decálogo del estudiante, que elaboré hace un tiempo.
Por último, recordad que si vuestro hijo o hija necesita ayuda de cara a la orientación de estudios, planificación, motivación, etc, es importante buscar ayuda profesional especializada que establezca un plan de estudio personalizado.